En la ola de globalización financiera, un sistema regulatorio unificado y poderoso suele ser clave para que las economías regionales mejoren su competitividad internacional. Recientemente, los círculos de decisión financiera en Bruselas y Frankfurt están gestando una reforma histórica que podría reconfigurar el mapa financiero europeo: se planea expandir significativamente los poderes de la Autoridad Europea de Valores y Mercados (ESMA), transformándola en una entidad reguladora central con funciones similares a las de la Comisión de Bolsa y Valores de EE. UU. (SEC), que supervise de manera unificada las bolsas de valores y los intercambios de Activos Cripto dentro de la UE.
Este movimiento no solo es un paso clave para que la UE avance en su ambicioso plan de “Unión de Mercados de Capitales” (Capital Markets Union), sino que también es una respuesta proactiva a las posibles vulnerabilidades de la “Reglamento de Mercados de Activos Cripto” (MiCA). Sin embargo, esta reforma que centraliza el poder no solo trae la esperanza de un aumento en la eficiencia, sino que también suscita preocupaciones profundas sobre la soberanía de los Estados miembros y la vitalidad innovadora de las nuevas empresas.
Impulso de reforma
Durante mucho tiempo, el punto más notable de dolor en los mercados financieros de la UE ha sido su configuración regulatoria “fragmentada”. Actualmente, los 27 Estados miembros actúan de manera independiente, con organismos y estándares de supervisión propios. Esto significa que una institución financiera o una startup que desee operar a nivel transnacional dentro de la UE, como salir a bolsa o proporcionar servicios de Activos Cripto, debe enfrentar los diversos procesos de aprobación y requisitos regulatorios de cada país, lo que ha elevado considerablemente los costos y el tiempo de cumplimiento, debilitando así la atractividad del mercado de capitales europeo en comparación con Estados Unidos.
La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, señaló este problema con visión de futuro en la Conferencia Bancaria Europea de noviembre de 2023, donde hizo un llamado público: “Necesitamos un SEC europeo con plenos poderes que pueda regular directamente el mercado.” Ella considera que una institución central con autoridad de supervisión directa es una solución efectiva para reducir el riesgo sistémico que podrían provocar grandes instituciones financieras transfronterizas.
Y el reglamento MiCA, que entrará en vigor en diciembre de 2024, se convierte en el catalizador directo de esta reforma. MiCA introduce un innovador sistema de “licencia de pasaporte” (passporting), que permite a los proveedores de servicios de activos cripto (CASP) operar sin restricciones en toda la Unión Europea siempre que obtengan una licencia de operación en un país miembro. Esto, que originalmente se pensó para fomentar la liquidez del mercado, también ha traído preocupaciones sobre el “arbitraje regulatorio”.
En concreto, los operadores pueden optar deliberadamente por solicitar licencias en países con estándares regulatorios más flexibles y barreras más bajas (como Malta y Chipre), y luego utilizar el “pasaporte” para ingresar a grandes mercados con regulaciones estrictas, como Francia y Alemania. Este comportamiento de “renta” no solo socava la competencia justa, sino que también puede crear un vacío regulatorio, debilitando la confianza general en el mercado. Al respecto, la autoridad reguladora financiera de Francia ha emitido una advertencia a Bruselas y, junto con países como Austria e Italia, ha hecho un llamado público para que la ESMA, con sede en París, regule directamente a los proveedores de Activos Cripto de gran tamaño y de importancia sistemática, para garantizar la coherencia y efectividad de las reglas regulatorias.
Ampliación de poderes de la ESMA
Bajo el impulso de múltiples partes, la Comisión Europea está preparando activamente una propuesta de reforma que se presentará oficialmente. Según la información divulgada hasta el momento, el contenido central del proyecto de ley será transferir la autoridad de supervisión directa de los mercados de acciones y de los intercambios de Activos Cripto, así como de otras infraestructuras financieras clave, de las autoridades regulatorias nacionales a la ESMA.
La presidenta de la ESMA, Verena Ross, también confirmó esta dirección, enfatizando que transferir más poderes de regulación financiera a la ESMA es una medida inevitable para abordar el problema de la fragmentación que persiste en los mercados de capitales europeos, y es un paso hacia el objetivo de un “mercado de capitales unificado”. Si el borrador se publica sin problemas, el Consejo de la Unión Europea y el Parlamento Europeo iniciarán inmediatamente largas negociaciones y consultas, y se espera que todo el proceso legislativo se extienda hasta 2026. Esto proporciona a los participantes del mercado un marco temporal relativamente claro.
Con la ampliación de poderes de la ESMA, su ámbito de responsabilidad no solo abarcará los intercambios de acciones tradicionales, sino que también incluirá a todos los proveedores de servicios de activos cripto (CASP) y la infraestructura de negociación relacionada bajo su supervisión directa. Además, el borrador podría otorgar a la ESMA el derecho de tomar decisiones directas vinculantes en disputas en áreas como la gestión de activos, convirtiéndola en un “superregulador” en el verdadero sentido de la palabra.
Para las empresas que operan en Europa, especialmente para las nuevas empresas que buscan crecer, esta reforma es sin duda una espada de doble filo.
Desde un punto de vista positivo, un sistema regulatorio unificado traerá beneficios significativos. En primer lugar, se espera que los costos administrativos y de cumplimiento para las operaciones multinacionales se reduzcan drásticamente, con una disminución promedio estimada de alrededor del 15%. Las empresas ya no tendrán que lidiar con múltiples conjuntos de regulaciones, y los procesos de cotización y recaudación de fondos se volverán más simplificados y transparentes. En segundo lugar, una imagen reguladora fuerte y unificada puede aumentar eficazmente la confianza de los inversores, lo que atraerá más capital de riesgo al mercado europeo, lo que está en línea con el objetivo de la Unión Europea de promover el desarrollo tecnológico a través de la “Ley de Innovación Europea”.
Sin embargo, desde otra perspectiva, estándares unificados más estrictos y “de talla única” también podrían convertirse en una carga difícil de soportar para las nuevas empresas emergentes en sus primeras etapas. Muchas startups tienen recursos limitados en sus etapas iniciales, y un umbral de cumplimiento demasiado alto podría sofocar su vitalidad innovadora, creando una trampa de “economía de escala desfavorable”. Algunos actores del sector ya han expresado su preocupación, señalando que esto podría obligarlos a trasladar sus negocios a jurisdicciones con un entorno regulatorio más relajado (como Suiza, Singapur o Dubái), lo que llevaría a Europa a enfrentar el riesgo de “fuga de innovación”.
Además, la preocupación de los Estados miembros por el debilitamiento de la “soberanía regulatoria” es una importante resistencia política que esta reforma debe enfrentar. Encontrar un equilibrio entre la centralización y la soberanía de los países será el tema más difícil en las negociaciones legislativas en los próximos dos años.
Puntos de observación
Con la inminente publicación del borrador de la Comisión Europea, los mercados financieros globales estarán atentos a los desarrollos posteriores de esta reforma. Los puntos de observación clave en los próximos años se pueden resumir en tres:
Coincidencia de recursos y capacidades: ¿Podrá la ESMA obtener un presupuesto financiero suficiente y personal profesional para respaldar eficazmente su vasta función de supervisión en 27 países, abarcando los ámbitos tradicional y de encriptación? Una autoridad reguladora con recursos insuficientes verá disminuida su credibilidad. El arte de la coordinación política: ¿Hasta qué punto están dispuestos los Estados miembros a comprometer su soberanía regulatoria? La sabiduría política de Bruselas será severamente puesta a prueba en este juego de múltiples partes. Efectividad real de las reformas: ¿Podrán realmente las nuevas empresas e inversores disfrutar de los bajos costos y alta transparencia prometidos bajo la doble influencia de la normativa MiCA y la ampliación de poderes de la ESMA? El resultado final de las reformas será el único criterio para evaluar su éxito o fracaso.
En general, convertir a la ESMA en un organismo central de supervisión al estilo de la SEC es un paso ambicioso que da la Unión Europea para mejorar sus mercados de capital y abrazar la era de las finanzas digitales. Independientemente del resultado, este intento de la UE proporcionará un valioso ejemplo de referencia para que otras economías globales enfrenten los desafíos regulatorios de la fusión entre los Activos Cripto y las finanzas tradicionales. El mundo entero está esperando ver cómo este gran barco financiero de la UE trazará un rumbo claro y sólido en su próximo viaje legislativo.
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¿La UE está creando una "SEC europea" para regular uniformemente los intercambios de acciones y Activos Cripto?
En la ola de globalización financiera, un sistema regulatorio unificado y poderoso suele ser clave para que las economías regionales mejoren su competitividad internacional. Recientemente, los círculos de decisión financiera en Bruselas y Frankfurt están gestando una reforma histórica que podría reconfigurar el mapa financiero europeo: se planea expandir significativamente los poderes de la Autoridad Europea de Valores y Mercados (ESMA), transformándola en una entidad reguladora central con funciones similares a las de la Comisión de Bolsa y Valores de EE. UU. (SEC), que supervise de manera unificada las bolsas de valores y los intercambios de Activos Cripto dentro de la UE.
Este movimiento no solo es un paso clave para que la UE avance en su ambicioso plan de “Unión de Mercados de Capitales” (Capital Markets Union), sino que también es una respuesta proactiva a las posibles vulnerabilidades de la “Reglamento de Mercados de Activos Cripto” (MiCA). Sin embargo, esta reforma que centraliza el poder no solo trae la esperanza de un aumento en la eficiencia, sino que también suscita preocupaciones profundas sobre la soberanía de los Estados miembros y la vitalidad innovadora de las nuevas empresas.
Impulso de reforma
Durante mucho tiempo, el punto más notable de dolor en los mercados financieros de la UE ha sido su configuración regulatoria “fragmentada”. Actualmente, los 27 Estados miembros actúan de manera independiente, con organismos y estándares de supervisión propios. Esto significa que una institución financiera o una startup que desee operar a nivel transnacional dentro de la UE, como salir a bolsa o proporcionar servicios de Activos Cripto, debe enfrentar los diversos procesos de aprobación y requisitos regulatorios de cada país, lo que ha elevado considerablemente los costos y el tiempo de cumplimiento, debilitando así la atractividad del mercado de capitales europeo en comparación con Estados Unidos.
La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, señaló este problema con visión de futuro en la Conferencia Bancaria Europea de noviembre de 2023, donde hizo un llamado público: “Necesitamos un SEC europeo con plenos poderes que pueda regular directamente el mercado.” Ella considera que una institución central con autoridad de supervisión directa es una solución efectiva para reducir el riesgo sistémico que podrían provocar grandes instituciones financieras transfronterizas.
Y el reglamento MiCA, que entrará en vigor en diciembre de 2024, se convierte en el catalizador directo de esta reforma. MiCA introduce un innovador sistema de “licencia de pasaporte” (passporting), que permite a los proveedores de servicios de activos cripto (CASP) operar sin restricciones en toda la Unión Europea siempre que obtengan una licencia de operación en un país miembro. Esto, que originalmente se pensó para fomentar la liquidez del mercado, también ha traído preocupaciones sobre el “arbitraje regulatorio”.
En concreto, los operadores pueden optar deliberadamente por solicitar licencias en países con estándares regulatorios más flexibles y barreras más bajas (como Malta y Chipre), y luego utilizar el “pasaporte” para ingresar a grandes mercados con regulaciones estrictas, como Francia y Alemania. Este comportamiento de “renta” no solo socava la competencia justa, sino que también puede crear un vacío regulatorio, debilitando la confianza general en el mercado. Al respecto, la autoridad reguladora financiera de Francia ha emitido una advertencia a Bruselas y, junto con países como Austria e Italia, ha hecho un llamado público para que la ESMA, con sede en París, regule directamente a los proveedores de Activos Cripto de gran tamaño y de importancia sistemática, para garantizar la coherencia y efectividad de las reglas regulatorias.
Ampliación de poderes de la ESMA
Bajo el impulso de múltiples partes, la Comisión Europea está preparando activamente una propuesta de reforma que se presentará oficialmente. Según la información divulgada hasta el momento, el contenido central del proyecto de ley será transferir la autoridad de supervisión directa de los mercados de acciones y de los intercambios de Activos Cripto, así como de otras infraestructuras financieras clave, de las autoridades regulatorias nacionales a la ESMA.
La presidenta de la ESMA, Verena Ross, también confirmó esta dirección, enfatizando que transferir más poderes de regulación financiera a la ESMA es una medida inevitable para abordar el problema de la fragmentación que persiste en los mercados de capitales europeos, y es un paso hacia el objetivo de un “mercado de capitales unificado”. Si el borrador se publica sin problemas, el Consejo de la Unión Europea y el Parlamento Europeo iniciarán inmediatamente largas negociaciones y consultas, y se espera que todo el proceso legislativo se extienda hasta 2026. Esto proporciona a los participantes del mercado un marco temporal relativamente claro.
Con la ampliación de poderes de la ESMA, su ámbito de responsabilidad no solo abarcará los intercambios de acciones tradicionales, sino que también incluirá a todos los proveedores de servicios de activos cripto (CASP) y la infraestructura de negociación relacionada bajo su supervisión directa. Además, el borrador podría otorgar a la ESMA el derecho de tomar decisiones directas vinculantes en disputas en áreas como la gestión de activos, convirtiéndola en un “superregulador” en el verdadero sentido de la palabra.
Para las empresas que operan en Europa, especialmente para las nuevas empresas que buscan crecer, esta reforma es sin duda una espada de doble filo.
Desde un punto de vista positivo, un sistema regulatorio unificado traerá beneficios significativos. En primer lugar, se espera que los costos administrativos y de cumplimiento para las operaciones multinacionales se reduzcan drásticamente, con una disminución promedio estimada de alrededor del 15%. Las empresas ya no tendrán que lidiar con múltiples conjuntos de regulaciones, y los procesos de cotización y recaudación de fondos se volverán más simplificados y transparentes. En segundo lugar, una imagen reguladora fuerte y unificada puede aumentar eficazmente la confianza de los inversores, lo que atraerá más capital de riesgo al mercado europeo, lo que está en línea con el objetivo de la Unión Europea de promover el desarrollo tecnológico a través de la “Ley de Innovación Europea”.
Sin embargo, desde otra perspectiva, estándares unificados más estrictos y “de talla única” también podrían convertirse en una carga difícil de soportar para las nuevas empresas emergentes en sus primeras etapas. Muchas startups tienen recursos limitados en sus etapas iniciales, y un umbral de cumplimiento demasiado alto podría sofocar su vitalidad innovadora, creando una trampa de “economía de escala desfavorable”. Algunos actores del sector ya han expresado su preocupación, señalando que esto podría obligarlos a trasladar sus negocios a jurisdicciones con un entorno regulatorio más relajado (como Suiza, Singapur o Dubái), lo que llevaría a Europa a enfrentar el riesgo de “fuga de innovación”.
Además, la preocupación de los Estados miembros por el debilitamiento de la “soberanía regulatoria” es una importante resistencia política que esta reforma debe enfrentar. Encontrar un equilibrio entre la centralización y la soberanía de los países será el tema más difícil en las negociaciones legislativas en los próximos dos años.
Puntos de observación
Con la inminente publicación del borrador de la Comisión Europea, los mercados financieros globales estarán atentos a los desarrollos posteriores de esta reforma. Los puntos de observación clave en los próximos años se pueden resumir en tres: Coincidencia de recursos y capacidades: ¿Podrá la ESMA obtener un presupuesto financiero suficiente y personal profesional para respaldar eficazmente su vasta función de supervisión en 27 países, abarcando los ámbitos tradicional y de encriptación? Una autoridad reguladora con recursos insuficientes verá disminuida su credibilidad. El arte de la coordinación política: ¿Hasta qué punto están dispuestos los Estados miembros a comprometer su soberanía regulatoria? La sabiduría política de Bruselas será severamente puesta a prueba en este juego de múltiples partes. Efectividad real de las reformas: ¿Podrán realmente las nuevas empresas e inversores disfrutar de los bajos costos y alta transparencia prometidos bajo la doble influencia de la normativa MiCA y la ampliación de poderes de la ESMA? El resultado final de las reformas será el único criterio para evaluar su éxito o fracaso.
En general, convertir a la ESMA en un organismo central de supervisión al estilo de la SEC es un paso ambicioso que da la Unión Europea para mejorar sus mercados de capital y abrazar la era de las finanzas digitales. Independientemente del resultado, este intento de la UE proporcionará un valioso ejemplo de referencia para que otras economías globales enfrenten los desafíos regulatorios de la fusión entre los Activos Cripto y las finanzas tradicionales. El mundo entero está esperando ver cómo este gran barco financiero de la UE trazará un rumbo claro y sólido en su próximo viaje legislativo.