Esta mañana, tras la publicación de los datos del PPI, tanto el mercado de criptomonedas como el mercado de acciones tradicionales subieron en conjunto. Bitcoin rompió los 45,000 dólares, con un aumento de 3,000 puntos; Ethereum superó los 2,400 dólares; el Nasdaq subió un 1.2%, y el Dow Jones un 0.8%. Aunque parece que los mercados se mueven en la misma dirección, en realidad existen diferencias significativas en las motivaciones detrás de estos movimientos.

A simple vista, esta tendencia alcista sigue la vieja fórmula: caída de los datos de inflación → aumento de las expectativas de recorte de tasas → expansión de la liquidez → entrada de fondos. Sin embargo, las cosas no son tan simples.

Primero, una explicación básica. El PPI, o índice de precios al productor, refleja la tendencia de los cambios en los precios de salida de los productos de las empresas industriales. Una caída inesperada del PPI indica una significativa reducción en la presión inflacionaria en el sector industrial, lo que a su vez impulsa una mayor desaceleración del CPI (índice de precios al consumo). Antes, cada vez que el CPI bajaba, los mercados subían, porque las expectativas de recorte de tasas se fortalecían. Pero esta vez, la situación es diferente.

Una caída drástica del PPI trae beneficios directos para las empresas. Los costos de las materias primas y los costos de los insumos de producción están estrechamente relacionados con el PPI. Una disminución del PPI significa que los costos de producción de las empresas bajan considerablemente, mejorando directamente las expectativas de rentabilidad de las empresas. Para el mercado de acciones, esto no solo es una historia de liquidez, sino también una historia de fundamentos. Mientras tanto, el mercado de criptomonedas se beneficia más de las expectativas de recorte de tasas y de la reevaluación de los activos de riesgo.

Ambos mercados suben, pero por diferentes razones. Confundir esta diferencia puede llevar a errores en las futuras volatilidades.