Para dominar cualquier cosa, primero debemos dominarnos a nosotros mismos: nuestras emociones, nuestros pensamientos, nuestras acciones.
En una época de exceso y desorden, la autodisciplina no sólo es esencial sino también una ventaja competitiva.
Ver originales
Esta página puede contener contenido de terceros, que se proporciona únicamente con fines informativos (sin garantías ni declaraciones) y no debe considerarse como un respaldo por parte de Gate a las opiniones expresadas ni como asesoramiento financiero o profesional. Consulte el Descargo de responsabilidad para obtener más detalles.
Para dominar cualquier cosa, primero debemos dominarnos a nosotros mismos: nuestras emociones, nuestros pensamientos, nuestras acciones.
En una época de exceso y desorden, la autodisciplina no sólo es esencial sino también una ventaja competitiva.