Hablando del metaverso, muchas personas piensan que es un concepto ilusorio. Pero en realidad, ya se ha convertido en el destino de aplicación más imaginativo de Web3. A través de la combinación de bienes raíces virtuales e identidades digitales, estamos construyendo un mundo paralelo completo.

Mira cómo lo hacen proyectos como Hong Kong Digital City — las marcas pueden abrir tiendas virtuales, los usuarios realizan pagos directamente con su billetera, y toda la liquidación de activos se realiza en la cadena. Esto no es un truco, sino un ciclo comercial real. Las transacciones, consumos y liquidaciones en el espacio virtual se convierten en activos rastreables en la cadena.

¿En qué consiste el significado de este modelo? Primero, rompe la frontera entre lo virtual y lo real — tus compras y posesiones en el metaverso tienen el mismo valor que los activos reales. Segundo, las marcas obtienen un nuevo medio de marketing, y la experiencia del usuario es más inmersiva. Por último, la propiedad y el reconocimiento de derechos se vuelven posibles, cada activo virtual puede pertenecerte realmente.

A medida que la infraestructura de Web3 se perfecciona cada vez más, el espacio de imaginación para los negocios en el metaverso seguirá expandiéndose.