12 de diciembre de 2025, la Oficina del Contralor de la Moneda de EE. UU.(OCC) anunció una gran noticia: aprobó condicionalmente las solicitudes de licencia de bancos de fideicomiso nacionales para cinco de las principales empresas de criptomonedas. Esto no es una simple aprobación administrativa, sino un momento emblemático en la entrada oficial de los activos criptográficos en el sistema de regulación financiera federal de EE. UU., lo que significa que la integración entre las finanzas tradicionales y el ecosistema Web3 ha entrado en una nueva fase.

**¿Quién obtuvo la licencia?**

Circle y Ripple obtuvieron la aprobación para establecer bancos de fideicomiso nacionales, mientras que BitGo, Fidelity Digital Assets y Paxos pasaron de licencias de fideicomiso a nivel estatal a licencias nacionales. De estas cinco instituciones, la escala de USDC operada por Circle ya alcanza los 78 mil millones de dólares, y RLUSD de Ripple también es una stablecoin principal en el mercado. El director de la OCC, Jonathan Gould, afirmó que la incorporación de estas instituciones favorece el desarrollo saludable de los consumidores y del sistema financiero en su conjunto, permitiendo que el marco regulatorio siga el ritmo de la innovación tecnológica.

**¿Qué puede hacer esta licencia?**

La licencia de banco de fideicomiso nacional otorga a estas compañías la autoridad para realizar legalmente en el nivel federal actividades financieras clave como la custodia de activos y la liquidación de pagos. La ventaja más directa es que la gestión de reservas de stablecoins de empresas como Circle y Ripple ahora está bajo la supervisión directa de la OCC, lo que mejora en gran medida la transparencia y la confianza institucional. Sin embargo, hay que tener en cuenta que esta licencia tiene restricciones claras: los titulares no pueden captar depósitos públicos ni otorgar préstamos, en otras palabras, se dedican exclusivamente a la gestión de activos y la liquidación de pagos.

**¿Qué opina el mercado?**

El círculo regulatorio generalmente considera esto un punto de inflexión para la industria de las criptomonedas. Pasar de una zona completamente gris a ser integrado en el sistema financiero federal es un buen avance para la conformidad del ecosistema y para la confianza de las instituciones.