La gestión de LPs se asemeja a ser un muñeco de madera en un campo minado: aunque no te muevas, las pérdidas te encontrarán. Los AMMs tradicionales son prácticamente la versión financiera de «tocar la campana para buscar la espada», y el viento ha cambiado.
Ahora esta situación está siendo redefinida: la liquidez ya no es agua estancada, sino que tiene un «reflejo» biológico. NOYA y Ferra son dos proyectos que están haciendo precisamente eso.
NOYA es como tener un «sistema de predicción» al estilo de «Minority Report». No adivina a ciegas, sino que utiliza ZKML para analizar millones de datos de apuestas de los jugadores en Polymarket.
Esta idea es innovadora: convertir el sentimiento del mercado predictivo en un navegador para DeFi. Conectando 10 cadenas, monitoreando 500 pools, un APY de hasta el 55% no se logra imprimiendo dinero, sino aprovechando la «brecha de información» que llega medio segundo antes que los demás.
Si NOYA es el cerebro responsable de la predicción, Ferra es la doble pierna que corre a toda velocidad en la autopista Sui. Hacer ajustes de alta frecuencia en Ethereum es una forma de buscar la muerte, pero en Sui, Ferra ha convertido DLMM en un motor programable.
Puede exprimir al máximo la utilización del capital. Aunque los más de 10 millones de dólares en TVL no son un tiburón gigante, con el respaldo de la Fundación Sui, ya se siente el aroma de este «darwinismo algorítmico».
El futuro de DeFi probablemente será que NOYA predice el clima y Ferra abre el paraguas antes de que la lluvia empape todo. Esto ya no es un simple juego financiero, sino una conquista violenta de la incertidumbre mediante código.
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La gestión de LPs se asemeja a ser un muñeco de madera en un campo minado: aunque no te muevas, las pérdidas te encontrarán. Los AMMs tradicionales son prácticamente la versión financiera de «tocar la campana para buscar la espada», y el viento ha cambiado.
Ahora esta situación está siendo redefinida: la liquidez ya no es agua estancada, sino que tiene un «reflejo» biológico. NOYA y Ferra son dos proyectos que están haciendo precisamente eso.
NOYA es como tener un «sistema de predicción» al estilo de «Minority Report». No adivina a ciegas, sino que utiliza ZKML para analizar millones de datos de apuestas de los jugadores en Polymarket.
Esta idea es innovadora: convertir el sentimiento del mercado predictivo en un navegador para DeFi. Conectando 10 cadenas, monitoreando 500 pools, un APY de hasta el 55% no se logra imprimiendo dinero, sino aprovechando la «brecha de información» que llega medio segundo antes que los demás.
Si NOYA es el cerebro responsable de la predicción, Ferra es la doble pierna que corre a toda velocidad en la autopista Sui. Hacer ajustes de alta frecuencia en Ethereum es una forma de buscar la muerte, pero en Sui, Ferra ha convertido DLMM en un motor programable.
Puede exprimir al máximo la utilización del capital. Aunque los más de 10 millones de dólares en TVL no son un tiburón gigante, con el respaldo de la Fundación Sui, ya se siente el aroma de este «darwinismo algorítmico».
El futuro de DeFi probablemente será que NOYA predice el clima y Ferra abre el paraguas antes de que la lluvia empape todo. Esto ya no es un simple juego financiero, sino una conquista violenta de la incertidumbre mediante código.