El año pasado un colega vino a contarme sus penas: su cuenta pasó de cien mil USDT a solo cinco mil, literalmente se la partieron por la mitad. Cuando escuché cómo operaba, me quedé de piedra: entraba y salía del mercado constantemente y las comisiones lo dejaban seco, se quedaba atrapado en posiciones perdiendo y aguantando con la esperanza de recuperar, y cuando se dejaba llevar por la emoción, perseguía subidas y cazaba mínimos... Al final, la cuenta casi a cero.

Con lo poco que le quedaba, me preguntó si aún tenía solución. Se lo dije claro: olvídate de trucos milagrosos, lo importante es cambiar la forma de operar. Luego se empeñó en seguir estos tres puntos y, de verdad, su cuenta empezó a recuperarse poco a poco.

**Primera regla: no te obsesiones, céntrate en las grandes oportunidades**
Olvídate de los vaivenes en los gráficos de minutos, céntrate solo en señales claras en temporalidades de 4 horas o superiores. Abre como mucho tres operaciones al día. Recuerda estas ocho palabras: “Mejor perder una oportunidad que cometer un error.” La paciencia vale más que cualquier indicador técnico.

**Segunda regla: entra en fases, nunca apuestes todo**
No arriesgues más del 10% de tu capital total en una primera entrada. Solo si ganas, considera aumentar la posición. ¿Llevas un 20% de beneficio? Vende la mitad y deja el resto con un stop loss dinámico para intentar ganar más. La más dura: si una operación pierde un 5%, corta de inmediato, jamás promedies a la baja.

**Tercera regla: pon límites a ti mismo**
¿Pierdes dos veces seguidas en stop? Ese día termina, no sigas. Antes de dormir, repasa todas tus operaciones y escribe los motivos de entrada y salida de cada una. Así es como se acaba con el trading emocional.

Dicho así parece sencillo, ¿por qué la mayoría no lo consigue? Porque la disciplina va contra la naturaleza humana: admitir un error duele más que perder dinero. Mira tu historial de operaciones, ¿has perdido por falta de técnica o por no cumplir las reglas que ya conocías?

ETH, cualquier otra cripto, el mercado siempre da oportunidades, pero si pierdes el capital, ya no hay vuelta atrás. Proteger el capital es lo primero, y la disciplina sistemática es la única forma de salir del pozo. No esperes a quedarte a cero para reaccionar.