La plata se ha disparado este año, con una subida cercana al 90%, batiendo directamente el récord anual desde 1980. La lógica detrás es muy sencilla: los capitales globales están huyendo de aquellas monedas fiduciarias que no dejan de imprimirse, y se están refugiando en activos duros.
Lo irónico es que, mientras los bancos centrales de todo el mundo proclaman "endurecimiento de políticas", la oferta monetaria global sigue alcanzando máximos históricos en silencio. Esta actitud hipócrita está erosionando aún más la confianza del mercado en las monedas fiduciarias.
¿Y el Bitcoin? No olvides que está altamente correlacionado con la bolsa estadounidense. Si algún día el mercado de valores realmente rompe sus soportes, lo más probable es que las criptomonedas también salgan perjudicadas. Para entonces, los que puedan resistir la tormenta seguirán siendo esos viejos clásicos como el oro y la plata.
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La plata se ha disparado este año, con una subida cercana al 90%, batiendo directamente el récord anual desde 1980. La lógica detrás es muy sencilla: los capitales globales están huyendo de aquellas monedas fiduciarias que no dejan de imprimirse, y se están refugiando en activos duros.
Lo irónico es que, mientras los bancos centrales de todo el mundo proclaman "endurecimiento de políticas", la oferta monetaria global sigue alcanzando máximos históricos en silencio. Esta actitud hipócrita está erosionando aún más la confianza del mercado en las monedas fiduciarias.
¿Y el Bitcoin? No olvides que está altamente correlacionado con la bolsa estadounidense. Si algún día el mercado de valores realmente rompe sus soportes, lo más probable es que las criptomonedas también salgan perjudicadas. Para entonces, los que puedan resistir la tormenta seguirán siendo esos viejos clásicos como el oro y la plata.