Mi amiga Xiaoqin me llamó completamente destrozada. "Ke'er, se acabó... todo se ha ido..." Su voz temblaba. Tras una semana de viaje de trabajo, volvió a casa y el saldo de su monedero había caído a cero. ¿Denunciarlo? La policía simplemente dijo: "Si lo ha hecho un familiar, no cuenta como robo", y ahí quedó la cosa.
La historia es tan simple que resulta absurda: su marido utilizó el viejo móvil Android de casa para ayudarla a hacer una transferencia. La contraseña del WiFi seguía siendo la misma que pusieron hace tres años y el navegador del móvil estaba lleno de todo tipo de extensiones extrañas. Una de ellas, llamada "Asistente Financiero", la instalaron cuando intentaron conseguir un cupón de una plataforma de inversión hace años.
Ese plugin tan cutre tenía un sistema de escucha del portapapeles. En cuanto copias la frase semilla, el servidor del hacker la recibe al instante. 8 millones de USDT, transferidos más rápido que pasar vídeos en TikTok. Ni siquiera quedó un registro de la transacción.
**¿Cómo han desaparecido tus criptoactivos?**
En realidad, esto es una cadena de errores.
Primer error: el método de transmisión de la frase semilla. Mucha gente suele hacer una captura de pantalla y enviarla por WeChat, o guardarla en las notas del móvil o en la nube. Es como escribir la clave de tu tarjeta bancaria en un post-it y dejarlo pegado en la pared. La frase semilla = control absoluto. Si se filtra, es como dejar la puerta abierta de tu casa.
Segundo error: el dispositivo anticuado. Ese móvil Android llevaba años sin actualizar el sistema. ¿Parches de seguridad? Ni hablar. ¿El "Asistente Financiero" del navegador? En realidad, es un virus que secuestra el portapapeles: cuando copias la dirección de tu monedero, la cambia por la del hacker; cuando copias la frase semilla, la envía directamente.
Tercer error: el entorno de red. El WiFi de casa llevaba tres años sin cambiar la contraseña, y el firmware del router era de la época de los dinosaurios. En este entorno, conectarse fuera de casa puede ser incluso menos peligroso. Un hacker solo necesita descifrar la contraseña del WiFi para poder monitorizar el tráfico de todos los dispositivos.
La operación del marido de Xiaoqin fue como introducir la clave de la caja fuerte delante de una cámara de vigilancia y, además, decirla en voz alta. No es una técnica sofisticada, pero es difícil de prevenir.
El mundo de las criptomonedas es despiadado: no hay atención al cliente que recupere tus activos, ni bancos que congelen la cuenta del hacker. Si pierdes la clave privada o se filtra la frase semilla, el dinero desaparece para siempre.
Por eso, no subestimes las medidas básicas de protección: apunta la frase semilla en papel y guárdala en una caja fuerte, nunca la guardes en dispositivos electrónicos; mantén los dispositivos actualizados y con los últimos parches de seguridad; instala solo las extensiones imprescindibles en el navegador y evita todo lo que no sea de confianza; cambia la contraseña del WiFi con regularidad y actualiza el firmware del router.
Ojalá nunca necesites aprender de la lección de estos 8 millones.
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MetaverseHomeless
· 12-09 21:07
Joder, este tío es increíble, lleva tres años sin cambiar la contraseña del WiFi y aún así se atreve a tocar criptomonedas, bien merecido lo tiene.
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BlockchainArchaeologist
· 12-09 21:04
Se han perdido 8 millones, de verdad es increíble. Esto es el típico caso de "abrirle la puerta al hacker uno mismo"...
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ClassicDumpster
· 12-09 21:01
Yo solo quiero saber cómo es posible que, después de que se transfirieran 8 millones, la policía aún diga que si lo hizo un familiar no cuenta como robo... Esto es un engaño.
8 millones, evaporados en cuestión de segundos.
Mi amiga Xiaoqin me llamó completamente destrozada. "Ke'er, se acabó... todo se ha ido..." Su voz temblaba. Tras una semana de viaje de trabajo, volvió a casa y el saldo de su monedero había caído a cero. ¿Denunciarlo? La policía simplemente dijo: "Si lo ha hecho un familiar, no cuenta como robo", y ahí quedó la cosa.
La historia es tan simple que resulta absurda: su marido utilizó el viejo móvil Android de casa para ayudarla a hacer una transferencia. La contraseña del WiFi seguía siendo la misma que pusieron hace tres años y el navegador del móvil estaba lleno de todo tipo de extensiones extrañas. Una de ellas, llamada "Asistente Financiero", la instalaron cuando intentaron conseguir un cupón de una plataforma de inversión hace años.
Ese plugin tan cutre tenía un sistema de escucha del portapapeles. En cuanto copias la frase semilla, el servidor del hacker la recibe al instante. 8 millones de USDT, transferidos más rápido que pasar vídeos en TikTok. Ni siquiera quedó un registro de la transacción.
**¿Cómo han desaparecido tus criptoactivos?**
En realidad, esto es una cadena de errores.
Primer error: el método de transmisión de la frase semilla. Mucha gente suele hacer una captura de pantalla y enviarla por WeChat, o guardarla en las notas del móvil o en la nube. Es como escribir la clave de tu tarjeta bancaria en un post-it y dejarlo pegado en la pared. La frase semilla = control absoluto. Si se filtra, es como dejar la puerta abierta de tu casa.
Segundo error: el dispositivo anticuado. Ese móvil Android llevaba años sin actualizar el sistema. ¿Parches de seguridad? Ni hablar. ¿El "Asistente Financiero" del navegador? En realidad, es un virus que secuestra el portapapeles: cuando copias la dirección de tu monedero, la cambia por la del hacker; cuando copias la frase semilla, la envía directamente.
Tercer error: el entorno de red. El WiFi de casa llevaba tres años sin cambiar la contraseña, y el firmware del router era de la época de los dinosaurios. En este entorno, conectarse fuera de casa puede ser incluso menos peligroso. Un hacker solo necesita descifrar la contraseña del WiFi para poder monitorizar el tráfico de todos los dispositivos.
La operación del marido de Xiaoqin fue como introducir la clave de la caja fuerte delante de una cámara de vigilancia y, además, decirla en voz alta. No es una técnica sofisticada, pero es difícil de prevenir.
El mundo de las criptomonedas es despiadado: no hay atención al cliente que recupere tus activos, ni bancos que congelen la cuenta del hacker. Si pierdes la clave privada o se filtra la frase semilla, el dinero desaparece para siempre.
Por eso, no subestimes las medidas básicas de protección: apunta la frase semilla en papel y guárdala en una caja fuerte, nunca la guardes en dispositivos electrónicos; mantén los dispositivos actualizados y con los últimos parches de seguridad; instala solo las extensiones imprescindibles en el navegador y evita todo lo que no sea de confianza; cambia la contraseña del WiFi con regularidad y actualiza el firmware del router.
Ojalá nunca necesites aprender de la lección de estos 8 millones.