El término "rolling the position" (o "rollover"), los que llevan un tiempo en el mundillo lo entienden—en pocas palabras, es jugarse la vida.

¿La estrategia? Simple y directa. Si ganas, aumentas la posición; si la cierras, usas un capital aún mayor para la siguiente, como una bola de nieve que hace que los beneficios crezcan y crezcan. Recuerdo que hace años hubo un loco que, cuando EOS estaba a 2 dólares, abrió una posición larga con apalancamiento x20, vendió cuando subió a 2,1 dólares y metió todas las ganancias en la siguiente ronda. Una vez duplicó, dos veces cuadruplicó, y ver cómo subían los números en la cuenta hacía que se disparara la adrenalina.

En 2018, yo mismo vi dos leyendas—uno con EOS, otro apostando por BCH—, una ola alcista y de repente independencia financiera. ¿Pero adivina qué? Hay muchos más que fracasan. Un colega ganó cinco veces seguidas, pero en la sexta no salió a tiempo y perdió tanto el capital inicial como los beneficios.

La lógica de fondo de esta táctica es simple: apuestas el "sueño de hacerte rico mañana" a tu juicio de hoy. ¿Te equivocas una vez? Puede que no haya segunda oportunidad. Y lo peor es que mucha gente ni siquiera pone límites de stop loss o take profit; cuando el mercado da la vuelta, no tienes ni tiempo de reaccionar.

Así que, si realmente quieres jugar al rolling, solo hay una condición: tienes que estar seguro de que has detectado una gran tendencia. Incluso en ese caso, tras dos o tres rondas deberías parar; no sigas subiendo a lo loco ni te creas el cuento de que en un mercado alcista siempre se gana.

Al final, tomar beneficios a tiempo es más práctico que soñar con lo que podrías ganar, y cortar pérdidas a tiempo vale mucho más que el supuesto "valor" de arriesgar. ¿Crees que siempre vas a acertar con el mercado? Entonces la liquidación total está cerca.

En este mercado nunca faltan leyendas de hacerse rico de la noche a la mañana. Pero los que ríen al final suelen ser aquellos que saben cuándo "parar".