¿Alguna vez te has preguntado qué es lo que realmente está frenando las criptomonedas? No se trata de procesar más transacciones por segundo, sino de construir una infraestructura de identidad correctamente desde el principio.

La cuestión es la siguiente: los sistemas de identidad fragmentados generan fricciones innecesarias en todo el ecosistema. Los usuarios tienen que gestionar múltiples credenciales, los desarrolladores reinventan la rueda una y otra vez y el cumplimiento normativo se convierte en una pesadilla.

¿La solución? Una capa de identidad unificada que realmente respete la soberanía del usuario. Imagina esto: una identidad portátil que te acompaña a cualquier blockchain. Tus datos permanecen en un almacenamiento cifrado—nadie los ve a menos que tú concedas acceso explícitamente. Los desarrolladores pueden integrar mediante SDKs sencillos, sin importar en qué cadena estén construyendo.

Sin obstáculos innecesarios. Sin dolores de cabeza regulatorios. Solo interoperabilidad fluida que por fin tiene sentido.