Este año tengo 32, y llevo siete años abriéndome camino en este mundillo.
En las reuniones de amigos, la pregunta favorita no es "¿cuál es la próxima moneda que hará x100?", sino que te miran fijamente y preguntan: "¿Tú realmente has ganado dinero o no?"
Normalmente no me ando con rodeos, los números están ahí en la cuenta: en el último mercado alcista, crucé con seguridad la barrera de los ocho dígitos.
Estos siete años han sido como una montaña rusa, divididos en tres etapas: Los dos primeros años, convertí 50.000 en 1.500.000; el tercer año, esos 1.500.000 se transformaron en 8.000.000; y en la última gran ola alcista, en cinco meses llegué directamente a 30.000.000. Más tarde comprendí una cosa: la velocidad con la que ganas dinero no tiene nada que ver con cuántas veces miras el gráfico.
Mi técnica es más simple que el mecanismo de un chupete: sólo sigo la figura en "N". Sube un tramo, retrocede, y luego rompe el máximo anterior; cuando se cumplen estos tres pasos, entro. Si rompe la figura, salgo sin dudar. No aumento la posición, no uso apalancamiento, el stop loss lo corto al 2%, el take profit al 10%. Todas estas reglas están programadas en un sistema automático; la disciplina humana es poco fiable, así que dejo que el código las ejecute.
Algunos se ríen de mí por ser tan rígido: no persigo modas ni sigo noticias, ¿de dónde saco el dinero? Pero esos colegas que se pasan el día mirando decenas de tuits y siguiendo una docena de indicadores suelen acabar perdiéndolo todo. Yo sólo miro la vela de 4 horas y una media móvil de 20 días; al cierre, echo un vistazo, si hay señal dejo la orden puesta, si no, apago el ordenador. El resto del tiempo lo dedico a tomar café o a pasear al perro; el mercado se mueve solo.
Cada vez que alcanzo un peldaño clave de beneficios, saco dinero: Cuando llegué a 1.500.000, retiré todo el capital inicial; al llegar a 8.000.000, retiré la mitad en efectivo y seguí haciendo crecer el resto. La ventaja de esto es que, aunque venga un cisne negro y el mercado se hunda, como mucho vuelvo al punto de partida, pero no me la pego del todo.
Tres reglas de hierro para recordar: No persigo subidas, sólo espero a que la figura se forme; No aguanto posiciones perdedoras, si se rompe la figura, acepto la pérdida; No me encariño con una operación, cuando llego al objetivo, recojo beneficios.
En el criptomundo nunca hay apuestas seguras; sobrevivir consiste en hacer restas constantemente: eliminar el apalancamiento, eliminar los impulsos, eliminar el ruido, y lo que queda es lo que de verdad puedes meter en el bolsillo. No pienses siempre en hacerte rico de la noche a la mañana; quédate con los beneficios que debes y el tiempo te dará la respuesta.
He pasado por el pánico de las liquidaciones a las tres de la mañana y la euforia de ver la cuenta duplicarse a las seis. Al final, el mercado siempre recompensa a los que saben tener paciencia.
Cuando llegue la próxima ola de luz, espero que tú también estés ahí, brillando.
Ver originales
Esta página puede contener contenido de terceros, que se proporciona únicamente con fines informativos (sin garantías ni declaraciones) y no debe considerarse como un respaldo por parte de Gate a las opiniones expresadas ni como asesoramiento financiero o profesional. Consulte el Descargo de responsabilidad para obtener más detalles.
22 me gusta
Recompensa
22
5
Republicar
Compartir
Comentar
0/400
StakeOrRegret
· 12-11 07:55
¡Vaya, también estoy usando esa forma en N, pero siempre me pica la mano para agregar más posiciones... parece que todavía tengo que depender de programas para autocontrolarme.
Ver originalesResponder0
ApeShotFirst
· 12-08 08:56
Joder, esta formación en N es realmente increíble. Yo también la estoy usando, pero es facilísimo dejarse llevar y comprar en el pico, jajaja.
Ver originalesResponder0
RuntimeError
· 12-08 08:53
El punto clave para ganar dinero no está en vigilar el mercado, sino en salir vivo; esto está dicho de forma magistral.
Trading manual vs programas automatizados, la diferencia es realmente abismal.
La figura en N es simple y directa, pero ciertamente es más fiable que esos indicadores llamativos.
De las tres reglas de oro, la más difícil en realidad es la segunda; siempre queremos aguantar un poco más.
Restar es cien veces más difícil que sumar, y la mayoría hace lo contrario.
Oír hablar de ocho cifras suena genial, pero la gestión psicológica de las caídas es aún más clave.
Stop loss al 2%, take profit al 10%, suena sencillo, pero ejecutarlo de verdad puede volver loco a cualquiera.
No perseguir tendencias calientes puede generarte ganancias; esta contradicción es bastante irónica.
Sobrevivir es lo primero, eso no lo puede rebatir nadie.
¿Cuánto falta para el próximo mercado alcista? La espera me está matando.
Ver originalesResponder0
JustHereForMemes
· 12-08 08:50
Joder, esta formación en N es realmente increíble, yo también he sobrevivido hasta hoy gracias a esto.
Ver originalesResponder0
BlockchainGriller
· 12-08 08:33
Joder, la estrategia de la figura en N es realmente increíble. Yo también lo hago así, solo que me falta un poco de paciencia...
La naturaleza humana es realmente el mayor enemigo en el trading; los programas automatizados son realmente salvavidas.
Ocho cifras suenan bien, pero lo que más admiro es su ritmo para retirar dinero, ese sí que es el secreto para durar más tiempo.
De 1,5 millones a 8 millones en tres años, ese nivel de multiplicación da un poco de miedo.
Sin mirar las noticias también se puede ganar dinero; los colegas que tengo cerca que persiguen tendencias todos los días están todos fritos.
Eliminar el apalancamiento y la impulsividad, esas palabras duelen, mucha gente acaba cayendo por esas dos cosas.
Gráfica de cuatro horas más la media móvil de 20 días, simple y directo, me gusta ese estilo.
La sensación de una liquidación a las tres de la mañana... sí, eso no se olvida.
No perseguir subidas es lo más difícil, ver a otros ganar da mucha envidia.
Una vida de trading paseando al perro y tomando café, ese es el ritmo que quiero.
Este año tengo 32, y llevo siete años abriéndome camino en este mundillo.
En las reuniones de amigos, la pregunta favorita no es "¿cuál es la próxima moneda que hará x100?", sino que te miran fijamente y preguntan: "¿Tú realmente has ganado dinero o no?"
Normalmente no me ando con rodeos, los números están ahí en la cuenta: en el último mercado alcista, crucé con seguridad la barrera de los ocho dígitos.
Estos siete años han sido como una montaña rusa, divididos en tres etapas:
Los dos primeros años, convertí 50.000 en 1.500.000; el tercer año, esos 1.500.000 se transformaron en 8.000.000; y en la última gran ola alcista, en cinco meses llegué directamente a 30.000.000. Más tarde comprendí una cosa: la velocidad con la que ganas dinero no tiene nada que ver con cuántas veces miras el gráfico.
Mi técnica es más simple que el mecanismo de un chupete: sólo sigo la figura en "N".
Sube un tramo, retrocede, y luego rompe el máximo anterior; cuando se cumplen estos tres pasos, entro. Si rompe la figura, salgo sin dudar. No aumento la posición, no uso apalancamiento, el stop loss lo corto al 2%, el take profit al 10%. Todas estas reglas están programadas en un sistema automático; la disciplina humana es poco fiable, así que dejo que el código las ejecute.
Algunos se ríen de mí por ser tan rígido: no persigo modas ni sigo noticias, ¿de dónde saco el dinero?
Pero esos colegas que se pasan el día mirando decenas de tuits y siguiendo una docena de indicadores suelen acabar perdiéndolo todo. Yo sólo miro la vela de 4 horas y una media móvil de 20 días; al cierre, echo un vistazo, si hay señal dejo la orden puesta, si no, apago el ordenador. El resto del tiempo lo dedico a tomar café o a pasear al perro; el mercado se mueve solo.
Cada vez que alcanzo un peldaño clave de beneficios, saco dinero:
Cuando llegué a 1.500.000, retiré todo el capital inicial; al llegar a 8.000.000, retiré la mitad en efectivo y seguí haciendo crecer el resto. La ventaja de esto es que, aunque venga un cisne negro y el mercado se hunda, como mucho vuelvo al punto de partida, pero no me la pego del todo.
Tres reglas de hierro para recordar:
No persigo subidas, sólo espero a que la figura se forme;
No aguanto posiciones perdedoras, si se rompe la figura, acepto la pérdida;
No me encariño con una operación, cuando llego al objetivo, recojo beneficios.
En el criptomundo nunca hay apuestas seguras; sobrevivir consiste en hacer restas constantemente: eliminar el apalancamiento, eliminar los impulsos, eliminar el ruido, y lo que queda es lo que de verdad puedes meter en el bolsillo. No pienses siempre en hacerte rico de la noche a la mañana; quédate con los beneficios que debes y el tiempo te dará la respuesta.
He pasado por el pánico de las liquidaciones a las tres de la mañana y la euforia de ver la cuenta duplicarse a las seis. Al final, el mercado siempre recompensa a los que saben tener paciencia.
Cuando llegue la próxima ola de luz, espero que tú también estés ahí, brillando.