El presidente ruso Putin acaba de lanzar una declaración que está causando revuelo en los mercados cripto. "Nadie puede prohibir Bitcoin", afirmó durante un reciente discurso. Reforzó su postura añadiendo que, independientemente de lo que ocurra con la hegemonía del dólar, estas tecnologías descentralizadas seguirán evolucionando "de una forma u otra".

Esto supone un cambio significativo en la retórica de una gran potencia mundial. Mientras los debates regulatorios continúan en diferentes jurisdicciones, que un líder del calibre de Putin reconozca la naturaleza imparable de Bitcoin podría influir en cómo otros países abordan sus políticas cripto. El momento resulta especialmente interesante dadas las discusiones actuales sobre la desdolarización y los sistemas financieros alternativos.

Para los alcistas de Bitcoin, este tipo de respaldo por parte de actores estatales refuerza la narrativa sobre la resistencia a la censura y la inevitabilidad. El sector cripto llevaba tiempo esperando señales más claras por parte de las principales economías, y declaraciones como esta podrían ser solo el principio.