En cinco años, los salarios en Estados Unidos han subido un 20%, pero los precios de la comida, la vivienda y los servicios cotidianos han aumentado un 28%, 27% y 25%, respectivamente.

Los ingresos no suben lo suficientemente rápido y la vida es cada vez más cara. Comer fuera ha alcanzado un máximo histórico y el precio del alquiler ha subido casi un 50% en diez años, la subida más fuerte desde los años 90.
La economía estadounidense ya tiene serios problemas: si no se bajan los tipos de interés para estimularla, habrá grandes complicaciones.
Ahora en Estados Unidos hay actividades por todas partes, pero eso es solo un ejemplo real.
La clase baja está desesperada, la clase media decepcionada y los únicos que ganan son los más ricos.