En 2018, entré en el mercado con 600U y al final lo convertí en 170,000U.
No fue por ninguna brujería, ni por estar en ningún grupo de señales, solo tres palabras: aguantar, resistir, conservar.
¿Al principio? Igual que todos los novatos.
Veía a otros con apalancamiento 20x ganar miles de U en un día y pensaba que yo también podía.
¿El resultado? En tres días reventé cinco veces, los 600U se convirtieron directamente en 97U.
Aquella noche, mirando la pantalla, me temblaban las manos y ni siquiera podía sujetar bien el ratón. Por fin entendí una cosa: en este mercado no gana el más listo, sino el primero que admite su derrota.
Empecé de nuevo con 97U y cambié de estrategia.
Ya no quería hacerme rico de la noche a la mañana, solo quería no morir en la próxima corrección. Cada vez que ganaba un 20%, cerraba la mitad de la posición, asegurando beneficios y protegiendo el capital. Sin jugarme el orgullo, sin dejarme llevar, sin enamorarme del mercado.
Durante ese tiempo dormía menos de cuatro horas diarias. Miraba el mercado a las dos de la madrugada, ponía órdenes de toma de beneficios a las cinco, y a las ocho hacía el repaso matutino. Algunos amigos decían que estaba loco, yo les decía que ellos eran demasiado prudentes: tan prudentes que no sobrevivirían.
Cuando la cuenta llegó a 18,000U, varias personas a mi alrededor ya habían liquidado todo y abandonado el sector.
Yo, en cambio, cada vez era más prudente. Cuanto mayor era el capital, más ligera era la posición. Solo movía el 30%, el 70% restante era "dinero para sobrevivir". En el mercado no faltan oportunidades, lo que falta son cuentas que puedan seguir abriendo posiciones.
La operación que más recuerdo: el mercado en pánico extremo, aguanté diez días, con el stop loss puesto y sin moverlo. De repente el mercado se dio la vuelta y esa operación triplicó la cuenta.
En ese momento lo entendí del todo: los que ganan mucho dinero no son los que operan todos los días, sino los que saben aguantar.
Después mucha gente me preguntaba cómo pasé de 600 a 180,000.
Yo les digo, lo conseguí con mentalidad, no con apalancamiento.
El mercado fluctúa todos los días. El verdadero experto no es el que gana siempre, sino el que sabe mantener la calma cuando pierde y sabe retirarse cuando gana.
En este mercado no hay dioses, pero sí estilos de vida. Lo que yo hice, en teoría cualquiera puede hacerlo: la clave es que realmente quieras sobrevivir, no solo buscar el pelotazo.
Si ahora mismo estás perdiendo y dudando de todo, o no te atreves a entrar por miedo al mercado, párate a pensar: ¿has venido a jugarte la vida, o a salvarla?
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En 2018, entré en el mercado con 600U y al final lo convertí en 170,000U.
No fue por ninguna brujería, ni por estar en ningún grupo de señales, solo tres palabras: aguantar, resistir, conservar.
¿Al principio? Igual que todos los novatos.
Veía a otros con apalancamiento 20x ganar miles de U en un día y pensaba que yo también podía.
¿El resultado? En tres días reventé cinco veces, los 600U se convirtieron directamente en 97U.
Aquella noche, mirando la pantalla, me temblaban las manos y ni siquiera podía sujetar bien el ratón. Por fin entendí una cosa: en este mercado no gana el más listo, sino el primero que admite su derrota.
Empecé de nuevo con 97U y cambié de estrategia.
Ya no quería hacerme rico de la noche a la mañana, solo quería no morir en la próxima corrección. Cada vez que ganaba un 20%, cerraba la mitad de la posición, asegurando beneficios y protegiendo el capital. Sin jugarme el orgullo, sin dejarme llevar, sin enamorarme del mercado.
Durante ese tiempo dormía menos de cuatro horas diarias. Miraba el mercado a las dos de la madrugada, ponía órdenes de toma de beneficios a las cinco, y a las ocho hacía el repaso matutino. Algunos amigos decían que estaba loco, yo les decía que ellos eran demasiado prudentes: tan prudentes que no sobrevivirían.
Cuando la cuenta llegó a 18,000U, varias personas a mi alrededor ya habían liquidado todo y abandonado el sector.
Yo, en cambio, cada vez era más prudente. Cuanto mayor era el capital, más ligera era la posición. Solo movía el 30%, el 70% restante era "dinero para sobrevivir". En el mercado no faltan oportunidades, lo que falta son cuentas que puedan seguir abriendo posiciones.
La operación que más recuerdo: el mercado en pánico extremo, aguanté diez días, con el stop loss puesto y sin moverlo. De repente el mercado se dio la vuelta y esa operación triplicó la cuenta.
En ese momento lo entendí del todo: los que ganan mucho dinero no son los que operan todos los días, sino los que saben aguantar.
Después mucha gente me preguntaba cómo pasé de 600 a 180,000.
Yo les digo, lo conseguí con mentalidad, no con apalancamiento.
El mercado fluctúa todos los días. El verdadero experto no es el que gana siempre, sino el que sabe mantener la calma cuando pierde y sabe retirarse cuando gana.
En este mercado no hay dioses, pero sí estilos de vida. Lo que yo hice, en teoría cualquiera puede hacerlo: la clave es que realmente quieras sobrevivir, no solo buscar el pelotazo.
Si ahora mismo estás perdiendo y dudando de todo, o no te atreves a entrar por miedo al mercado, párate a pensar: ¿has venido a jugarte la vida, o a salvarla?