Durante treinta años, Japón ha mantenido unos tipos de interés cercanos a cero, liberando una asombrosa cantidad de liquidez barata en los mercados globales: un total acumulado de casi 20 billones de dólares estadounidenses. Estos fondos, a través de operaciones de carry trade, se han infiltrado en activos como acciones, bonos, bienes inmuebles e incluso criptomonedas, convirtiéndose en una de las fuerzas más discretas pero de mayor impacto detrás de la expansión de burbujas a nivel mundial.

Pero esta situación llegó a un punto de inflexión histórico en diciembre de 2025. El rendimiento de los bonos japoneses a diez años subió hasta el 1,86%, su máximo desde 2008. El mercado estima con una probabilidad del 76% que el Banco de Japón subirá los tipos de interés este mes, lo que significa que la era de tipos bajos que ha durado décadas está a punto de terminar.

A medida que el yen empieza a apreciarse, las enormes posiciones de carry trade están siendo cerradas de forma masiva. Ha comenzado el flujo inverso de esos 20 billones de dólares. El bitcoin ha sido considerado por muchos como el "oro digital", pero analizando los flujos de capital, en realidad se parece más a uno de los activos más especulativos y apalancados dentro de las apuestas de carry trade en yenes. Cuando el yen se fortalece, este tipo de activos de alto riesgo suelen ser los primeros en sufrir correcciones bruscas.