Datos recientes señalan un punto de inflexión en el balance de la Reserva Federal. Tras varios trimestres de pérdidas operativas, las nuevas cifras indican que el banco central podría haber dejado finalmente de perder dinero.

Este cambio es más importante de lo que muchos creen. Cuando los bancos centrales consumen sus reservas, endurecen las condiciones monetarias de forma indirecta. La reversión podría significar que las presiones de liquidez se alivian, lo cual sería potencialmente una buena noticia para los activos de riesgo.

Las remesas de la Fed al Tesoro han sido cero desde finales de 2022. Si reanudan los pagos, será una señal concreta de que sus pérdidas operativas han terminado. Los mercados siempre reaccionan a las señales de liquidez, y ésta merece un seguimiento cercano.

No hay garantías de que esto cambie la política de tipos de interés de la noche a la mañana. Pero unas finanzas más saludables en la Fed suelen correlacionarse con más margen para apuestas especulativas. Algo a tener en el radar a medida que evolucionen las condiciones macroeconómicas.