Un colega entró el año pasado con 3000 U, y en la primera operación duplicó directamente hasta 6000 U. En ese momento estaba eufórico, me mandó un mensaje diciendo: "¿De verdad se gana el dinero tan fácil?" Yo enseguida le eché un jarro de agua fría: la verdadera prueba acaba de empezar.

Al día siguiente, se dejó llevar por un "chivatazo" que decía que el precio iba a subir, y apostó el 80% de su capital. En menos de diez minutos, los 6000 U se redujeron a 3300 U. En ese momento tenía los ojos inyectados en sangre, desesperado buscándome para pedir ayuda. Solo le respondí con cuatro palabras: primero aprende a respirar.

Lo curioso es que, tres meses después, esos 3300 U acabaron convirtiéndose en 90.000 U.

Su transformación, en realidad, se basa en una sola palabra: "frialdad". Da igual si gana o pierde, sus emociones ya no fluctúan.

He conocido a más de cien traders, y el 90% revienta cuentas por el mismo problema: ganan un poco y se vienen arriba, actuando por impulso. Mi propio sistema es muy sencillo:

Operar con una frecuencia fija semanal, marcar de antemano el punto de entrada, el stop loss y la lógica para aumentar posición; las ganancias hay que retirarlas, y si las emociones se descontrolan, apagar el ordenador inmediatamente y calmarse.

Este método no te hará rico de la noche a la mañana multiplicando por diez, pero sí te asegura que sigas en la mesa incluso en un mercado bajista.

¿Quieres dejar atrás el trading de infarto? El núcleo para multiplicar tu cuenta siempre es la disciplina a rajatabla.