Podría estar produciéndose un cambio crucial en la dinámica de las monedas globales. Mientras crece el escepticismo sobre la hegemonía del dólar, los analistas señalan una oportunidad emergente para que el yuan amplíe su presencia en las reservas internacionales. El momento no podría ser más interesante: se espera que las empresas nacionales que se expanden al extranjero reciban un mayor respaldo político, lo que podría generar un bucle de retroalimentación. Algunos economistas sostienen que esta confluencia de factores representa algo más que un simple movimiento cíclico. ¿Podríamos estar presenciando las primeras fases de una recalibración gradual en la forma en que las naciones diversifican sus carteras de reservas? La interacción entre las tensiones geopolíticas y el pragmatismo económico sigue transformando los paisajes monetarios de formas que hace apenas una década parecían improbables.