Inceptive—una biotecnológica de Palo Alto fundada hace apenas 4 años—acaba de hacer lo que la mayoría de las biotecnológicas sueña: triplicó su valoración de $100M (2021) a más de $300M en su última financiación, respaldada por Nvidia y Andreessen Horowitz.
Aquí está el giro de la trama: la salsa secreta de la empresa no es un fármaco de gran éxito. Es software biológico.
Jakob Uszkoreit, quien pasó años en Google construyendo sistemas de IA, está tratando esencialmente las células humanas como computadoras programables. La plataforma de IA de Inceptive diseña moléculas de mRNA personalizadas—sí, la misma tecnología detrás de las vacunas Covid de Pfizer y BioNTech—y las licencia a gigantes farmacéuticos para pruebas clínicas.
Por qué esto es importante:
La convergencia entre biotecnología e IA es real. Se espera que haya más de 700 programas de medicamentos de ARNm para 2030, y los capitalistas de riesgo están invirtiendo miles de millones en startups como Exscientia, Verge Genomics y Recursion Pharmaceuticals que utilizan IA para acelerar el descubrimiento de fármacos. El sector está mirando una $50 oportunidad de mercado.
Pero aquí está el truco: las vacunas de ARNm lo hicieron increíblemente bien contra el Covid. ¿Repetir ese éxito en otras categorías de enfermedades? Sigue siendo un misterio. Ahí es donde entra la colaboración actual de Inceptive con una importante farmacéutica europea en una vacuna contra enfermedades infecciosas: una prueba en el mundo real de si la biología diseñada por IA realmente funciona a gran escala.
La participación de Nvidia también es significativa. NVentures no solo escribió un cheque; están proporcionando infraestructura de computación y chips, apostando esencialmente que el diseño de fármacos impulsado por IA requerirá una gran potencia de GPU.
La verdadera pregunta: ¿Puede la biología definida por software escapar del laboratorio y sobrevivir a los ensayos clínicos? Si es así, esta no es solo otra historia de biotecnología, es el comienzo de la medicina programable.
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Cuando la IA se encuentra con la biología: cómo una startup acaba de descifrar el $300M Código de valoración
Inceptive—una biotecnológica de Palo Alto fundada hace apenas 4 años—acaba de hacer lo que la mayoría de las biotecnológicas sueña: triplicó su valoración de $100M (2021) a más de $300M en su última financiación, respaldada por Nvidia y Andreessen Horowitz.
Aquí está el giro de la trama: la salsa secreta de la empresa no es un fármaco de gran éxito. Es software biológico.
Jakob Uszkoreit, quien pasó años en Google construyendo sistemas de IA, está tratando esencialmente las células humanas como computadoras programables. La plataforma de IA de Inceptive diseña moléculas de mRNA personalizadas—sí, la misma tecnología detrás de las vacunas Covid de Pfizer y BioNTech—y las licencia a gigantes farmacéuticos para pruebas clínicas.
Por qué esto es importante:
La convergencia entre biotecnología e IA es real. Se espera que haya más de 700 programas de medicamentos de ARNm para 2030, y los capitalistas de riesgo están invirtiendo miles de millones en startups como Exscientia, Verge Genomics y Recursion Pharmaceuticals que utilizan IA para acelerar el descubrimiento de fármacos. El sector está mirando una $50 oportunidad de mercado.
Pero aquí está el truco: las vacunas de ARNm lo hicieron increíblemente bien contra el Covid. ¿Repetir ese éxito en otras categorías de enfermedades? Sigue siendo un misterio. Ahí es donde entra la colaboración actual de Inceptive con una importante farmacéutica europea en una vacuna contra enfermedades infecciosas: una prueba en el mundo real de si la biología diseñada por IA realmente funciona a gran escala.
La participación de Nvidia también es significativa. NVentures no solo escribió un cheque; están proporcionando infraestructura de computación y chips, apostando esencialmente que el diseño de fármacos impulsado por IA requerirá una gran potencia de GPU.
La verdadera pregunta: ¿Puede la biología definida por software escapar del laboratorio y sobrevivir a los ensayos clínicos? Si es así, esta no es solo otra historia de biotecnología, es el comienzo de la medicina programable.