Comprar una empresa es como comprar un coche usado: si hay efectivo en el maletero, tu costo real disminuye. Esa es la idea central detrás del valor empresarial (EV).
La capitalización de mercado solo cuenta la mitad de la historia. Es lo que el mercado de valores valora a la empresa, pero ignora dos factores críticos: la deuda y el efectivo. Cuando realmente adquieres una empresa, estás asumiendo toda su deuda Y quedándote con su efectivo. Por lo tanto, el verdadero costo de adquisición es:
EV = Capitalización de mercado + Deuda total − Efectivo
Por qué esto importa
El EV se vuelve realmente útil al comparar empresas utilizando ratios como EV/EBITDA. Supongamos que dos empresas tecnológicas cotizan a 15x P/E (precio-ganancias), pero una está ahogada en deudas mientras que la otra tiene un montón de efectivo. La métrica EV captura eso. Una podría ser 12x EV/EBITDA (barata), la otra 20x (cara)—historias totalmente diferentes.
Ejemplo rápido: La empresa tiene un valor de $10B en capitalización de mercado, $5B en deuda, $1B efectivo = $14B valor empresarial. Si genera $750M en EBITDA, el múltiplo EV/EBITDA es 18.6x. ¿Para software? Es una ganga. ¿Para retail? Es caro.
La Captura
EV tiene un punto ciego: no te dice si esa deuda se está gestionando bien o si está asfixiando a la empresa. En industrias intensivas en capital (manufactura, petróleo & gas), un EV alto puede ser engañoso porque los costos de equipo pesado inflan el número artificialmente.
Conclusión: Siempre compara las empresas con su promedio de la industria. EV es poderoso, pero el contexto lo es todo.
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Por qué los inversores inteligentes utilizan el valor empresarial en lugar de la capitalización de mercado
Comprar una empresa es como comprar un coche usado: si hay efectivo en el maletero, tu costo real disminuye. Esa es la idea central detrás del valor empresarial (EV).
La capitalización de mercado solo cuenta la mitad de la historia. Es lo que el mercado de valores valora a la empresa, pero ignora dos factores críticos: la deuda y el efectivo. Cuando realmente adquieres una empresa, estás asumiendo toda su deuda Y quedándote con su efectivo. Por lo tanto, el verdadero costo de adquisición es:
EV = Capitalización de mercado + Deuda total − Efectivo
Por qué esto importa
El EV se vuelve realmente útil al comparar empresas utilizando ratios como EV/EBITDA. Supongamos que dos empresas tecnológicas cotizan a 15x P/E (precio-ganancias), pero una está ahogada en deudas mientras que la otra tiene un montón de efectivo. La métrica EV captura eso. Una podría ser 12x EV/EBITDA (barata), la otra 20x (cara)—historias totalmente diferentes.
Ejemplo rápido: La empresa tiene un valor de $10B en capitalización de mercado, $5B en deuda, $1B efectivo = $14B valor empresarial. Si genera $750M en EBITDA, el múltiplo EV/EBITDA es 18.6x. ¿Para software? Es una ganga. ¿Para retail? Es caro.
La Captura
EV tiene un punto ciego: no te dice si esa deuda se está gestionando bien o si está asfixiando a la empresa. En industrias intensivas en capital (manufactura, petróleo & gas), un EV alto puede ser engañoso porque los costos de equipo pesado inflan el número artificialmente.
Conclusión: Siempre compara las empresas con su promedio de la industria. EV es poderoso, pero el contexto lo es todo.