Cada vez que la Reserva Federal de EE. UU. hace un movimiento, en línea hay quienes gritan “los extranjeros quieren controlar la economía de EE. UU.” Pero los datos desmienten esto de manera contundente: de 36.2 billones de dólares en deuda pública, solo el 24% está en manos extranjeras, mientras que los inversores nacionales de EE. UU. acumulan el 55%.
¿Quién está comprando bonos del Tesoro estadounidense?
Los tres primeros son inesperados:
Japón monopoliza 1.13 billones (a la cabeza)
Reino Unido807.7 mil millones de dólares (contrataque a China)
China757.2 mil millones de dólares (en disminución)
Es interesante que esos “paraísos fiscales” también estén participando: las tenencias de centros financieros como las Islas Caimán, Luxemburgo y Hong Kong están todas en el top 20. En cierta medida, esto refleja el patrón de flujo del capital internacional, más que la comparación de la potencia nacional.
¿Qué pasará con la venta de activos extranjeros?
La historia lo ha comprobado. En los últimos años, China ha reducido su participación en los bonos del Tesoro de EE. UU., pero no ha hecho colapsar el mercado. La razón es muy simple:
El 24% de participación extranjera está demasiado disperso, nadie puede controlarlo por completo.
La liquidez de la deuda estadounidense es la más fuerte del mundo, nadie puede escapar.
Los estadounidenses (incluyendo la Reserva Federal + la Administración del Seguro Social) controlan el 68%, son el ancla de estabilidad.
A corto plazo, la reducción de la participación de capital extranjero aumentará las tasas de interés. Pero a largo plazo, la estabilidad del mercado de deuda estadounidense no se verá afectada por esto.
Lógica central: Los bonos del Tesoro de EE. UU. no son un “mercado secuestrado por extranjeros”, sino un “bien esencial del capital global”. No importa cómo fluctúe, los inversores tienen que asignar recursos: esa es la base de la potencia de EE. UU. como superpotencia del dólar.
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La verdadera historia detrás de quién realmente posee la deuda de EE. UU. (Spoiler: No es lo que piensas)
Cada vez que la Reserva Federal de EE. UU. hace un movimiento, en línea hay quienes gritan “los extranjeros quieren controlar la economía de EE. UU.” Pero los datos desmienten esto de manera contundente: de 36.2 billones de dólares en deuda pública, solo el 24% está en manos extranjeras, mientras que los inversores nacionales de EE. UU. acumulan el 55%.
¿Quién está comprando bonos del Tesoro estadounidense?
Los tres primeros son inesperados:
Es interesante que esos “paraísos fiscales” también estén participando: las tenencias de centros financieros como las Islas Caimán, Luxemburgo y Hong Kong están todas en el top 20. En cierta medida, esto refleja el patrón de flujo del capital internacional, más que la comparación de la potencia nacional.
¿Qué pasará con la venta de activos extranjeros?
La historia lo ha comprobado. En los últimos años, China ha reducido su participación en los bonos del Tesoro de EE. UU., pero no ha hecho colapsar el mercado. La razón es muy simple:
A corto plazo, la reducción de la participación de capital extranjero aumentará las tasas de interés. Pero a largo plazo, la estabilidad del mercado de deuda estadounidense no se verá afectada por esto.
Lógica central: Los bonos del Tesoro de EE. UU. no son un “mercado secuestrado por extranjeros”, sino un “bien esencial del capital global”. No importa cómo fluctúe, los inversores tienen que asignar recursos: esa es la base de la potencia de EE. UU. como superpotencia del dólar.