Mira, he estado en el mundo de las criptomonedas el tiempo suficiente para decirte esto: sumergirme en Web3 fue una decisión que nunca lamentaré.

Pero seamos realistas: esto no es un boleto de lotería que raspas y boom, Lambo. Es un oficio. Una habilidad que construyes con el tiempo, a través de errores, victorias y un montón de tiempo frente a la pantalla.

Una vez que realmente *entiendes* cómo opera este espacio — la mecánica, los patrones, la teoría de juegos subyacente — las cosas comienzan a encajar. Lento, luego de repente.

Aquí está la verdad que nadie quiere escuchar: saber lo que estás haciendo supera a la suerte ciega cada vez. La suerte se agota. ¿El conocimiento? Eso se acumula.