El economista jefe de Moody's, Mark Zandi, lanzó recientemente una advertencia contundente: la inflación en Estados Unidos está aumentando a una velocidad "tan rápida que resulta inquietante", y no hay forma de frenar esto a corto plazo. ¿Esta crisis? Dijo que en realidad se podría haber evitado por completo.

Aquí están los números: desde abril del año pasado, la tasa de inflación anualizada de repente comenzó a subir. Para septiembre, el índice de precios al consumidor había aumentado un 3% en comparación interanual, muy por encima del 2.3% de abril. Hay que recordar que antes todos estaban atentos a la meta del 2% de la Reserva Federal, acercándose lentamente, y de repente esto dio un giro inesperado.

¿Por qué es así? Sandy enumeró varios puntos: las barreras arancelarias son cada vez más altas, las políticas de inmigración se han vuelto muy estrictas, y además, la tendencia de retroceso de la globalización — estas fuerzas juntas, ¿podrían no hacer que los precios se disparen? Williams de la Reserva Federal de Nueva York ya había dado la voz de alarma antes, diciendo que los aranceles podrían empujar la inflación directamente al 4%. Con menos inmigración, la mano de obra escasea y el potencial económico también se ve debilitado. La gobernadora de la Reserva Federal, Hamak, también confirmó que la inflación en el sector servicios sigue siendo alta, y que la situación solo empeorará después de que entre en vigor una nueva ronda de aranceles a principios del próximo año.

Hablando claro, aunque algunos políticos siguen diciendo que "la inflación no ha empeorado", argumentando con la caída de los precios de la energía y los acuerdos comerciales, los economistas no se lo creen. La predicción de Zandi es que la inflación alcanzará el 3.5% el próximo año, y que a largo plazo podría estabilizarse por encima del 3%. Si observamos el indicador de inflación subyacente (que elimina esos elementos volátiles), la tasa de crecimiento anualizada ya ha llegado al 3.5%—la presión inflacionaria real es mucho más intensa que los datos superficiales.

¿Y para las personas comunes? La alta inflación, junto con el aumento de la tasa de desempleo y el lento crecimiento de los salarios, solo hará que la vida sea cada vez más apretada. La situación financiera de los grupos de ingresos bajos y medios, probablemente no tendrá solución a corto plazo.