Algunas reflexiones frías sobre la situación actual del mercado: ¿por qué el gran capital no teme que los minoristas hagan compras agresivas en el fondo?

El mercado tiene una realidad cruel: incluso si el precio se reduce a la mitad varias veces, las grandes instituciones no temen que llenes tu cartera de spot en el fondo. La razón es muy simple: el volumen de tokens que poseen es tan grande que nadie externo puede entender realmente sus reservas.

Actualmente, todo el mercado está impregnado de un sentimiento de pánico. Incluso BTC no puede resistir la caída, lo que indica que el capital ya empieza a dudar de las propiedades de refugio de “oro digital”. No digamos ya las altcoins. Grandes sumas de dinero están huyendo a cualquier precio, y aunque el precio actual caiga otra vez a una décima parte, para los jugadores con grandes volúmenes de tokens no es un problema—porque su “piscina” de tokens es tan profunda que pueden absorber todo lo que entre.

Lo más grave es que, en medio de la caída, siguen entrando incesantemente posiciones apalancadas en largo, entregando dinero. Recoger beneficios de estos fondos de derivados es miles de veces más rentable que simplemente vender spot. Si repasamos la evolución de los últimos diez años, se ve claramente: los primeros años fueron de construcción y siembra, ahora toca recoger la red.

En la fase actual, el coste-beneficio de hacer subir el mercado para el gran capital es bajísimo. Por poner un ejemplo: ahora quizá haría falta 10 millones para impulsar el precio, pero prefieren esperar a que no quede nada por liquidar y, con solo 100.000, poder provocar subidas de cientos de puntos. Para entonces, los holders de spot estarán ya totalmente inactivos, y una nueva oleada de compradores apalancados entrará al mercado, y entonces seguirán recogiendo lentamente.

Este ciclo se repetirá siempre, la clave está en cuántos fondos más están dispuestos a entrar al mercado para tomar el relevo.