Las cifras de ventas minoristas de China en octubre acaban de salir: el crecimiento interanual se situó en 2.9%, ligeramente por debajo del 3% del mes anterior y apenas superando las expectativas del mercado del 2.8%.

Esta desaceleración, aunque marginal, refleja la presión persistente sobre el consumo interno de la segunda economía mundial. Los analistas observan con atención estos indicadores macroeconómicos, ya que cualquier debilidad en el gigante asiático tiende a generar ondas en los mercados globales, incluyendo los activos digitales.

La demanda minorista sigue siendo un termómetro clave para medir la salud económica real, más allá de los estímulos gubernamentales. ¿Veremos nuevas medidas de apoyo al consumo en los próximos meses?