En la madrugada del 11 de octubre de 2025, el mercado de encriptación sufrió una Gran caída sin precedentes, lo que tuvo un impacto profundo en toda la industria. La gravedad de este evento se puede analizar desde múltiples dimensiones:
Primero, el volumen de liquidaciones alcanzó niveles sorprendentes. En solo 24 horas, el monto total de liquidaciones en toda la red superó los 19,1 mil millones de dólares, superando con creces cualquier otra turbulencia en el mercado en el pasado. Más de 1,6 millones de inversores enfrentaron liquidaciones forzadas, siendo la mayor liquidación individual de 203 millones de dólares, que ocurrió en el contrato ETH-USDT. Bitcoin y Ethereum sufrieron liquidaciones de 5,3 mil millones y 4,3 mil millones de dólares respectivamente, mientras que otras criptomonedas importantes como SOL y XRP tampoco se libraron.
En segundo lugar, la estructura del mercado sufrió un duro golpe. La stablecoin USDE se desacopló temporalmente del dólar, cayendo hasta un mínimo de 0.65 dólares, lo que provocó una reacción en cadena y expuso los riesgos sistémicos ocultos en el ciclo de préstamos apalancados. El volumen de operaciones en los intercambios descentralizados se desplomó un 77%, la liquidez en cadena casi se detuvo y los mecanismos de arbitraje fallaron. Muchas criptomonedas pequeñas enfrentaron caídas del 70% al 99%, y algunas incluso se enfrentan al riesgo de llegar a cero.
Además, la confianza de los inversores ha sido severamente afectada. En las plataformas sociales, una gran cantidad de usuarios han expresado su intención de salir del comercio, y el sentimiento pesimista en el mercado ha alcanzado su punto máximo. Aunque ha habido un aumento notable en las órdenes de compra en el mercado de opciones, la fuerza del rebote en el mercado spot es insuficiente, lo que refleja que todavía existen grandes dudas sobre la tendencia futura.
Finalmente, la encriptación del mercado de criptomonedas ha aumentado significativamente su correlación con el mercado financiero tradicional. Esta Gran caída ocurrió simultáneamente con el mercado de valores de EE. UU., con el índice Nasdaq cayendo más del 3.5%, y las acciones relacionadas con la encriptación como Coinbase y MARA también sufrieron grandes caídas. Esta alta correlación indica que los activos encriptados se han integrado profundamente en el sistema financiero más amplio.
Este evento sin duda se convertirá en un hito importante en la historia de la encriptación de criptomonedas, ya que no solo expone la vulnerabilidad de la actual estructura del mercado, sino que también destaca la importancia de la gestión de riesgos y la regulación. A medida que el mercado comienza a digerir este impacto, la industria podría enfrentar una nueva ronda de autorreflexión y reforma para establecer un ecosistema de encriptación más robusto y sostenible.
Esta página puede contener contenido de terceros, que se proporciona únicamente con fines informativos (sin garantías ni declaraciones) y no debe considerarse como un respaldo por parte de Gate a las opiniones expresadas ni como asesoramiento financiero o profesional. Consulte el Descargo de responsabilidad para obtener más detalles.
En la madrugada del 11 de octubre de 2025, el mercado de encriptación sufrió una Gran caída sin precedentes, lo que tuvo un impacto profundo en toda la industria. La gravedad de este evento se puede analizar desde múltiples dimensiones:
Primero, el volumen de liquidaciones alcanzó niveles sorprendentes. En solo 24 horas, el monto total de liquidaciones en toda la red superó los 19,1 mil millones de dólares, superando con creces cualquier otra turbulencia en el mercado en el pasado. Más de 1,6 millones de inversores enfrentaron liquidaciones forzadas, siendo la mayor liquidación individual de 203 millones de dólares, que ocurrió en el contrato ETH-USDT. Bitcoin y Ethereum sufrieron liquidaciones de 5,3 mil millones y 4,3 mil millones de dólares respectivamente, mientras que otras criptomonedas importantes como SOL y XRP tampoco se libraron.
En segundo lugar, la estructura del mercado sufrió un duro golpe. La stablecoin USDE se desacopló temporalmente del dólar, cayendo hasta un mínimo de 0.65 dólares, lo que provocó una reacción en cadena y expuso los riesgos sistémicos ocultos en el ciclo de préstamos apalancados. El volumen de operaciones en los intercambios descentralizados se desplomó un 77%, la liquidez en cadena casi se detuvo y los mecanismos de arbitraje fallaron. Muchas criptomonedas pequeñas enfrentaron caídas del 70% al 99%, y algunas incluso se enfrentan al riesgo de llegar a cero.
Además, la confianza de los inversores ha sido severamente afectada. En las plataformas sociales, una gran cantidad de usuarios han expresado su intención de salir del comercio, y el sentimiento pesimista en el mercado ha alcanzado su punto máximo. Aunque ha habido un aumento notable en las órdenes de compra en el mercado de opciones, la fuerza del rebote en el mercado spot es insuficiente, lo que refleja que todavía existen grandes dudas sobre la tendencia futura.
Finalmente, la encriptación del mercado de criptomonedas ha aumentado significativamente su correlación con el mercado financiero tradicional. Esta Gran caída ocurrió simultáneamente con el mercado de valores de EE. UU., con el índice Nasdaq cayendo más del 3.5%, y las acciones relacionadas con la encriptación como Coinbase y MARA también sufrieron grandes caídas. Esta alta correlación indica que los activos encriptados se han integrado profundamente en el sistema financiero más amplio.
Este evento sin duda se convertirá en un hito importante en la historia de la encriptación de criptomonedas, ya que no solo expone la vulnerabilidad de la actual estructura del mercado, sino que también destaca la importancia de la gestión de riesgos y la regulación. A medida que el mercado comienza a digerir este impacto, la industria podría enfrentar una nueva ronda de autorreflexión y reforma para establecer un ecosistema de encriptación más robusto y sostenible.