¡Vaya circo que monta el mundillo cripto cada cuatro años! Como observadora de este fenómeno desde hace tiempo, tengo que decir que el dichoso halving de Bitcoin me parece uno de los trucos de marketing más brillantes jamás creados, aunque muchos lo veneran como si fuera magia divina.
El halving, o como yo lo llamo, "la fiesta de la escasez artificial", es simplemente cuando la recompensa que reciben los mineros se reduce a la mitad. El 20 de abril pasado, mientras algunos celebraban otras cosas, la recompensa bajó de 6,25 a 3,125 bitcoins por cada bloque minado. ¡Pobres mineros! De repente ganan la mitad, pero claro, todos esperan que el precio suba para compensar.
La historia se repite... ¿o no?
He visto este patrón repetirse desde 2012. Primero todos se vuelven locos especulando, luego llega el día y... a veces sube, a veces baja, y los "expertos" siempre encuentran una explicación retroactiva perfecta para cualquier movimiento.
Lo que más me fastidia es cómo la gente recita cifras como si fueran mantras sagrados:
"9.520% de aumento en 2012"
"3.402% después del halving de 2016"
"652% tras el de 2020"
¿Y qué? También podríamos correlacionar el precio con las fases de la luna o con cuántas veces Elon Musk tuitea sobre sus perros. La estadística puede usarse para contar cualquier historia.
Los mineros: los verdaderos perdedores
Mientras todos celebran el supuesto impacto en el precio, nadie parece preocuparse realmente por los mineros que de la noche a la mañana ven sus ingresos reducidos drásticamente. Muchos pequeños mineros tienen que cerrar porque ya no les salen las cuentas, concentrando aún más el poder en grandes corporaciones mineras.
¿Es esto descentralización? No me hagan reír. Cuando sólo los operadores más grandes y con mejor acceso a electricidad barata pueden sobrevivir, estamos ante un sistema que favorece la centralización, lo contrario de lo que Bitcoin promete.
¿Y después del último Bitcoin?
Todo este cuento sobre que el halving asegura la escasez me hace preguntarme: ¿qué pasará cuando en 2140 se mine el último bitcoin? ¿De verdad alguien cree que los mineros mantendrán funcionando equipos costosísimos sólo por las comisiones de transacción?
Nadie habla de esta contradicción inherente al sistema. Bitcoin depende de los mineros para su seguridad, pero el mecanismo que supuestamente garantiza su valor a largo plazo también reduce progresivamente el incentivo para minar.
Mi consejo para los novatos
Si acabas de entrar en este mundo y estás pensando en invertir por el halving, ten cuidado. No compres solo porque alguien te dijo que "siempre sube después del halving". El mercado está mucho más maduro ahora, hay más factores en juego, y las ballenas (los grandes poseedores) juegan con tu dinero.
La verdad es que nadie sabe qué pasará con el precio. Ni los influencers, ni los analistas técnicos, ni los expertos en finanzas. Si inviertes, hazlo porque entiendes y crees en la tecnología, no por eventos puntuales como el halving.
Y recuerda: este circo volverá en 2028, con las mismas promesas, el mismo hype y probablemente con resultados igual de impredecibles.
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El Halving de Bitcoin: Mi Opinión Personal sobre esta Locura Programada
¡Vaya circo que monta el mundillo cripto cada cuatro años! Como observadora de este fenómeno desde hace tiempo, tengo que decir que el dichoso halving de Bitcoin me parece uno de los trucos de marketing más brillantes jamás creados, aunque muchos lo veneran como si fuera magia divina.
El halving, o como yo lo llamo, "la fiesta de la escasez artificial", es simplemente cuando la recompensa que reciben los mineros se reduce a la mitad. El 20 de abril pasado, mientras algunos celebraban otras cosas, la recompensa bajó de 6,25 a 3,125 bitcoins por cada bloque minado. ¡Pobres mineros! De repente ganan la mitad, pero claro, todos esperan que el precio suba para compensar.
La historia se repite... ¿o no?
He visto este patrón repetirse desde 2012. Primero todos se vuelven locos especulando, luego llega el día y... a veces sube, a veces baja, y los "expertos" siempre encuentran una explicación retroactiva perfecta para cualquier movimiento.
Lo que más me fastidia es cómo la gente recita cifras como si fueran mantras sagrados:
¿Y qué? También podríamos correlacionar el precio con las fases de la luna o con cuántas veces Elon Musk tuitea sobre sus perros. La estadística puede usarse para contar cualquier historia.
Los mineros: los verdaderos perdedores
Mientras todos celebran el supuesto impacto en el precio, nadie parece preocuparse realmente por los mineros que de la noche a la mañana ven sus ingresos reducidos drásticamente. Muchos pequeños mineros tienen que cerrar porque ya no les salen las cuentas, concentrando aún más el poder en grandes corporaciones mineras.
¿Es esto descentralización? No me hagan reír. Cuando sólo los operadores más grandes y con mejor acceso a electricidad barata pueden sobrevivir, estamos ante un sistema que favorece la centralización, lo contrario de lo que Bitcoin promete.
¿Y después del último Bitcoin?
Todo este cuento sobre que el halving asegura la escasez me hace preguntarme: ¿qué pasará cuando en 2140 se mine el último bitcoin? ¿De verdad alguien cree que los mineros mantendrán funcionando equipos costosísimos sólo por las comisiones de transacción?
Nadie habla de esta contradicción inherente al sistema. Bitcoin depende de los mineros para su seguridad, pero el mecanismo que supuestamente garantiza su valor a largo plazo también reduce progresivamente el incentivo para minar.
Mi consejo para los novatos
Si acabas de entrar en este mundo y estás pensando en invertir por el halving, ten cuidado. No compres solo porque alguien te dijo que "siempre sube después del halving". El mercado está mucho más maduro ahora, hay más factores en juego, y las ballenas (los grandes poseedores) juegan con tu dinero.
La verdad es que nadie sabe qué pasará con el precio. Ni los influencers, ni los analistas técnicos, ni los expertos en finanzas. Si inviertes, hazlo porque entiendes y crees en la tecnología, no por eventos puntuales como el halving.
Y recuerda: este circo volverá en 2028, con las mismas promesas, el mismo hype y probablemente con resultados igual de impredecibles.