El Departamento de Justicia ha acusado a dos californianos de dirigir el mayor esquema fraudulento de tokens no fungibles (NFT) procesado hasta la fecha. Gabriel Hay y Gavin Mayo supuestamente estafaron a inversores por más de 22 millones de dólares mediante una serie de proyectos digitales fraudulentos entre 2021 y 2024.
¡Vaya cara tienen estos tipos! El tal Mayo era un nadador universitario con futuro y prefirió hundir a inversores incautos en vez de seguir nadando. La acusación detalla cómo este dúo engañó a inversores con promesas falsas, abandonando sus proyectos después de embolsarse fondos sustanciales. Sus acciones muestran los peligros de las tendencias de inversión emergentes y la facilidad con la que cualquiera puede montar un chiringuito digital.
Me hierve la sangre ver cómo estos jóvenes ricos de Beverly Hills y Thousand Oaks juegan con el dinero ajeno. ¿Quién les dio derecho a robar 22 millones? Y luego tienen la desfachatez de presumir en Instagram con mensajes como "$23 millones a los 23 años. Te enseño a hacer lo mismo. Gratis". ¡Menuda broma pesada!
"Cosas así alegran mi alma. Es bueno ver que incluso las estafas de 2021 están siendo observadas. El crimen no paga, y uno por uno, la ley vendrá por cada estafador cripto", dice un usuario en Twitter.
La verdad es que ya era hora que las autoridades hicieran algo. Estos proyectos NFT eran puro humo desde el principio, con sus imágenes de monos aburridos y promesas de rentabilidades imposibles. Los mercados de criptoactivos siguen siendo un salvaje oeste donde cualquier charlatán puede montar un "rug pull" y desaparecer con millones.
Y no me vengan con el cuento de "es que la gente debería informarse mejor". Estos estafadores usaban técnicas psicológicas sofisticadas para generar FOMO (miedo a perderse algo). La codicia humana, combinada con la complejidad técnica, es una mezcla perfecta para el fraude.
Ojalá pudiera decir que es un caso aislado, pero sabemos que hay cientos de proyectos similares todavía funcionando. La justicia va demasiado lenta y mientras tanto, nuevos esquemas surgen cada día.
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El Fraude NFT al Descubierto: El Departamento de Justicia Acusa a los Fundadores de una Estafa de 22 Millones
El Departamento de Justicia ha acusado a dos californianos de dirigir el mayor esquema fraudulento de tokens no fungibles (NFT) procesado hasta la fecha. Gabriel Hay y Gavin Mayo supuestamente estafaron a inversores por más de 22 millones de dólares mediante una serie de proyectos digitales fraudulentos entre 2021 y 2024.
¡Vaya cara tienen estos tipos! El tal Mayo era un nadador universitario con futuro y prefirió hundir a inversores incautos en vez de seguir nadando. La acusación detalla cómo este dúo engañó a inversores con promesas falsas, abandonando sus proyectos después de embolsarse fondos sustanciales. Sus acciones muestran los peligros de las tendencias de inversión emergentes y la facilidad con la que cualquiera puede montar un chiringuito digital.
Me hierve la sangre ver cómo estos jóvenes ricos de Beverly Hills y Thousand Oaks juegan con el dinero ajeno. ¿Quién les dio derecho a robar 22 millones? Y luego tienen la desfachatez de presumir en Instagram con mensajes como "$23 millones a los 23 años. Te enseño a hacer lo mismo. Gratis". ¡Menuda broma pesada!
"Cosas así alegran mi alma. Es bueno ver que incluso las estafas de 2021 están siendo observadas. El crimen no paga, y uno por uno, la ley vendrá por cada estafador cripto", dice un usuario en Twitter.
La verdad es que ya era hora que las autoridades hicieran algo. Estos proyectos NFT eran puro humo desde el principio, con sus imágenes de monos aburridos y promesas de rentabilidades imposibles. Los mercados de criptoactivos siguen siendo un salvaje oeste donde cualquier charlatán puede montar un "rug pull" y desaparecer con millones.
Y no me vengan con el cuento de "es que la gente debería informarse mejor". Estos estafadores usaban técnicas psicológicas sofisticadas para generar FOMO (miedo a perderse algo). La codicia humana, combinada con la complejidad técnica, es una mezcla perfecta para el fraude.
Ojalá pudiera decir que es un caso aislado, pero sabemos que hay cientos de proyectos similares todavía funcionando. La justicia va demasiado lenta y mientras tanto, nuevos esquemas surgen cada día.
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