¡Vaya espectáculo que ha montado el tal Nakamoto! Según su perfil en la Fundación P2P, hoy estaría cumpliendo medio siglo de vida. Aunque para mí, esto es puro teatro - esa fecha de nacimiento es un guiño descarado a cuando Roosevelt prohibió el oro en 1933 y cuando nos permitieron volver a tenerlo en 1975. ¡Menuda ironía! Crear una moneda digital para liberarnos del control gubernamental y usar como fecha de nacimiento una referencia tan obvia a la regulación monetaria.
He estado siguiendo su rastro durante años y todo indica que estamos hablando de alguien mucho mayor. Usa doble espacio después de los puntos como los que aprendimos a escribir a máquina, y su código tiene esos toques de programador viejo: notación húngara y clases con "C" mayúscula. No me trago que tenga solo 50 años.
Un fantasma con miles de millones
El tipo (o tipa, o grupo) apareció de la nada en 2008 con ese whitepaper revolucionario y luego se esfumó en 2011 dejando atrás entre 750.000 y 1.100.000 bitcoins. ¡Imaginad! Con el precio actual de unos 85.000 dólares, estamos hablando de una fortuna de hasta 93.500 millones. ¿Y sabéis qué es lo más extraño? No ha movido ni una sola moneda. ¿Quién diablos tiene tanto autocontrol? ¿O quizás está muerto? ¿O perdió las claves?
Lo que más me fastidia de esta situación es que mientras nosotros nos matamos trabajando, existe alguien por ahí con una fortuna descomunal que ni siquiera utiliza. Es casi obsceno.
La lista de sospechosos habituales
Tengo mis dudas sobre todos los candidatos. Hal Finney fue demasiado conveniente, viviendo cerca del otro Satoshi Nakamoto, ese pobre Dorian que lo único que quería era que lo dejaran en paz. Nick Szabo con su "bit gold" parece demasiado obvio. Y ese Adam Back... casualmente fue de los primeros contactados por Nakamoto.
En cuanto a Craig Wright, menudo personaje. Falsificando documentos para reclamar ser Satoshi cuando cualquiera con dos dedos de frente puede ver que es un farsante. El tribunal británico ya lo dejó bien claro: no es Nakamoto.
El documental de HBO señalando a Peter Todd tampoco me convence. Estas teorías de conspiración aparecen cada cierto tiempo y siempre acaban en nada.
Un acto de desaparición perfecto
Lo brillante de desaparecer no fue solo proteger su fortuna o su identidad. Fue un acto político. Al esfumarse, Nakamoto aseguró que Bitcoin fuera verdaderamente descentralizado. Sin una figura de autoridad, sin un punto débil que atacar.
Me pregunto qué pensaría de la adopción institucional actual. Bitcoin ya no es solo la moneda rebelde - ahora forma parte del sistema que pretendía desafiar. Hasta el gobierno lo está empezando a incorporar a su estrategia financiera.
El legado de Nakamoto va mucho más allá de la tecnología. Es un símbolo cultural, un mito moderno. Su ausencia ha permitido que todos proyectemos en Bitcoin nuestras propias aspiraciones y miedos sobre el dinero y el poder. Y mientras tanto, el misterioso creador podría estar viviendo una vida tranquila en algún rincón del mundo, observando cómo su creación cambia el panorama financiero global sin que nadie sepa quién demonios es.
Lo que está claro es que su desaparición fue tan brillante como la creación de Bitcoin misma. En un mundo donde todos quieren reconocimiento, crear algo revolucionario y luego desaparecer es quizás el mayor acto de rebeldía posible.
Y mientras tanto, aquí estamos, 17 años después, todavía preguntándonos: ¿quién diablos es Satoshi Nakamoto?
Esta página puede contener contenido de terceros, que se proporciona únicamente con fines informativos (sin garantías ni declaraciones) y no debe considerarse como un respaldo por parte de Gate a las opiniones expresadas ni como asesoramiento financiero o profesional. Consulte el Descargo de responsabilidad para obtener más detalles.
El enigma de Satoshi: la sombra detrás de Bitcoin cumple 50 años
¡Vaya espectáculo que ha montado el tal Nakamoto! Según su perfil en la Fundación P2P, hoy estaría cumpliendo medio siglo de vida. Aunque para mí, esto es puro teatro - esa fecha de nacimiento es un guiño descarado a cuando Roosevelt prohibió el oro en 1933 y cuando nos permitieron volver a tenerlo en 1975. ¡Menuda ironía! Crear una moneda digital para liberarnos del control gubernamental y usar como fecha de nacimiento una referencia tan obvia a la regulación monetaria.
He estado siguiendo su rastro durante años y todo indica que estamos hablando de alguien mucho mayor. Usa doble espacio después de los puntos como los que aprendimos a escribir a máquina, y su código tiene esos toques de programador viejo: notación húngara y clases con "C" mayúscula. No me trago que tenga solo 50 años.
Un fantasma con miles de millones
El tipo (o tipa, o grupo) apareció de la nada en 2008 con ese whitepaper revolucionario y luego se esfumó en 2011 dejando atrás entre 750.000 y 1.100.000 bitcoins. ¡Imaginad! Con el precio actual de unos 85.000 dólares, estamos hablando de una fortuna de hasta 93.500 millones. ¿Y sabéis qué es lo más extraño? No ha movido ni una sola moneda. ¿Quién diablos tiene tanto autocontrol? ¿O quizás está muerto? ¿O perdió las claves?
Lo que más me fastidia de esta situación es que mientras nosotros nos matamos trabajando, existe alguien por ahí con una fortuna descomunal que ni siquiera utiliza. Es casi obsceno.
La lista de sospechosos habituales
Tengo mis dudas sobre todos los candidatos. Hal Finney fue demasiado conveniente, viviendo cerca del otro Satoshi Nakamoto, ese pobre Dorian que lo único que quería era que lo dejaran en paz. Nick Szabo con su "bit gold" parece demasiado obvio. Y ese Adam Back... casualmente fue de los primeros contactados por Nakamoto.
En cuanto a Craig Wright, menudo personaje. Falsificando documentos para reclamar ser Satoshi cuando cualquiera con dos dedos de frente puede ver que es un farsante. El tribunal británico ya lo dejó bien claro: no es Nakamoto.
El documental de HBO señalando a Peter Todd tampoco me convence. Estas teorías de conspiración aparecen cada cierto tiempo y siempre acaban en nada.
Un acto de desaparición perfecto
Lo brillante de desaparecer no fue solo proteger su fortuna o su identidad. Fue un acto político. Al esfumarse, Nakamoto aseguró que Bitcoin fuera verdaderamente descentralizado. Sin una figura de autoridad, sin un punto débil que atacar.
Me pregunto qué pensaría de la adopción institucional actual. Bitcoin ya no es solo la moneda rebelde - ahora forma parte del sistema que pretendía desafiar. Hasta el gobierno lo está empezando a incorporar a su estrategia financiera.
El legado de Nakamoto va mucho más allá de la tecnología. Es un símbolo cultural, un mito moderno. Su ausencia ha permitido que todos proyectemos en Bitcoin nuestras propias aspiraciones y miedos sobre el dinero y el poder. Y mientras tanto, el misterioso creador podría estar viviendo una vida tranquila en algún rincón del mundo, observando cómo su creación cambia el panorama financiero global sin que nadie sepa quién demonios es.
Lo que está claro es que su desaparición fue tan brillante como la creación de Bitcoin misma. En un mundo donde todos quieren reconocimiento, crear algo revolucionario y luego desaparecer es quizás el mayor acto de rebeldía posible.
Y mientras tanto, aquí estamos, 17 años después, todavía preguntándonos: ¿quién diablos es Satoshi Nakamoto?