
Bitcoin alcanzó máximos históricos en 2025, pero el sector sigue envuelto en polémica. (Ilustración de Miguel Candela/SOPA Images/LightRocket vía Getty Images)
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De hackeos millonarios al lanzamiento de memecoins presidenciales, 2025 ha sido un año intenso y revelador para la compleja relación entre las criptomonedas, la política y el poder. Al arrancar el último trimestre de 2025, cinco episodios sobresalen por cómo han puesto a prueba los límites de la confianza pública y la tolerancia regulatoria.
El año comenzó con una sorpresa por parte del nuevo presidente de Estados Unidos.
Pocas horas antes de su toma de posesión, Donald Trump presentó su memecoin oficial $TRUMP, que debutó en torno a 1 $, superó los 70 $ y, acto seguido, se desplomó. Melania Trump, la Primera Dama, lanzó a continuación su propio token, $MELANIA, con una volatilidad similar. Actualmente, el token $TRUMP cotiza en torno a 7 $, mientras que $MELANIA se sitúa cerca de 0,13 $.
Presentadas como coleccionables digitales de celebración, ambas monedas suscitaron al instante dudas sobre ética y legalidad. Tras haber despreciado el cripto en el pasado, Trump se erigió en adalid del sector, cortejando a su creciente base de votantes y prometiendo hacer de Estados Unidos el referente global en activos digitales. Al mismo tiempo, World Liberty Financial, la empresa familiar, reforzó su presencia en el sector cripto.
En cuestión de horas, la capitalización conjunta de las memecoins alcanzó casi 11 000 millones $, transformando una simple acción de marketing político en la primera gran polémica del año.
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Apenas un mes después, la confianza en la seguridad cripto se vio seriamente dañada.
El exchange Bybit, con sede en Dubái, reveló que unos hackers robaron cerca de 1 500 millones $ en Ether de una de sus billeteras frías. Esta brecha sin precedentes sacudió a los inversores, y analistas de Elliptic determinaron más tarde que fue el mayor robo jamás registrado, tanto en finanzas digitales como tradicionales.

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En mayo, un repunte relevante en la compraventa de la memecoin $TRUMP siguió al anuncio de que sólo los principales tenedores serían invitados a una cena de gala en uno de los clubes de golf privados de Trump. La fórmula exclusiva y de pago convirtió el token en una puja pública: cualquiera con suficientes activos podía comprar acceso personal al presidente.
Entre los asistentes estuvo Justin Sun, fundador de Tron blockchain, que invirtió más de 18 millones $ y tenía cargos pendientes con la SEC.
La cita provocó protestas en la puerta y un intenso escrutinio congresual. Aunque la Casa Blanca aseguró que los activos de Trump estaban en fideicomiso ciego, el análisis en cadena demostró que entidades vinculadas a Trump controlaban cerca del 80 % del suministro restante del token y habían recibido más de 320 millones $ en comisiones.
Adam Smith y Sean Casten lideraron a treinta y cinco demócratas para pedir al Departamento de Justicia que investigara si la invitación de Trump a los principales inversores de $TRUMP a cenar con él constituía soborno o violaba la cláusula de emolumentos extranjeros de la Constitución.
La carta calificaba la cita como una invitación a la “influencia extranjera sobre la política estadounidense y plantea posibles violaciones por corrupción y por la cláusula de emolumentos. Es el último ejemplo de cómo Trump ignora las normas éticas, multiplica los conflictos de interés y utiliza su cargo para beneficiarse personalmente.”
En octubre, analistas de blockchain detectaron que un trader anónimo abrió posiciones cortas en Bitcoin y Ethereum minutos antes de que Trump anunciara nuevos aranceles a China, lo que desencadenó la mayor cascada de liquidaciones en la historia cripto.
Según los reportes, el trader ganó 160 millones $ antes de que el mercado se estabilizara. Observadores como The Kobeissi Letter se preguntaron públicamente: “¿Alguien lo sabía?”
No ha surgido ninguna prueba directa de información privilegiada, pero el caso reavivó la preocupación por la asimetría informativa y el peso de la política en los mercados de activos digitales.
Sólo unas semanas después, otra polémica surgió cuando Trump indultó a Changpeng Zhao, fundador de Binance.
CZ se declaró culpable en 2023 por blanqueo de capitales y cumplió cuatro meses de prisión. Binance pagó más de 4 000 millones $ en sanciones.

El ex CEO de Binance, Changpeng “CZ” Zhao, sale del tribunal federal en Seattle, Washington, el 30 de abril de 2024. Zhao, fundador y ex CEO de Binance, el mayor exchange de criptomonedas del mundo, fue condenado ese día a cuatro meses de cárcel tras admitir violaciones en leyes contra el blanqueo. (Foto: Jason Redmond / AFP) (JASON REDMOND/AFP vía Getty Images)
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El indulto borró la condena de Zhao y le permitió regresar a nuevos proyectos cripto. La Casa Blanca lo justificó como una rectificación frente a los “excesos de la era Biden”.
La BBC informó que las empresas de Zhao se asociaron con firmas vinculadas a los proyectos cripto de la familia Trump, lo que aumentó la percepción de conflicto.
En términos objetivos, este indulto ahondó en la alineación del gobierno con la industria cripto y pone sobre la mesa cómo la influencia política puede condicionar los marcos regulatorios.
Estos cinco hitos han hecho de 2025 otro año de titulares para el sector. Polémico como siempre, aunque ni de lejos el peor.
El estreno de la memecoin en enero difuminó el límite entre especulación y gobernanza. El hackeo de Bybit en febrero mostró las vulnerabilidades incluso de los sistemas más fiables. La cena de gala de mayo convirtió la posesión de tokens en acceso político. El escándalo de trading de octubre evidenció el poder de la especulación y el momento sobre los mercados. Y el indulto presidencial consolidó 2025 como el año en que los límites legales y éticos del sector cripto se pusieron a prueba una y otra vez.
Cada año en cripto trae innovación, desafíos, avances y polémica, y 2025 no ha sido la excepción.





