
(Fuente: bitcoincashorg)
Bitcoin Cash (BCH) se lanzó en agosto de 2017 tras desacuerdos persistentes dentro de la comunidad de Bitcoin sobre cómo escalar la red. A medida que crecía la adopción de Bitcoin, la red sufría transacciones lentas y comisiones al alza. Algunos miembros de la comunidad defendían que, para que Bitcoin pudiera funcionar como método de pago cotidiano, era imprescindible ampliar directamente la capacidad de transacciones en la cadena.
En respuesta, BCH se creó mediante un hard fork, apostando por bloques de mayor tamaño para solventar el cuello de botella en la eficiencia de pagos de Bitcoin con una solución técnica más simple.
En su esencia, BCH opera de forma muy similar a Bitcoin, utilizando una estructura blockchain descentralizada y consenso Proof of Work (PoW). La principal diferencia es el mayor tamaño de bloque de BCH, que permite procesar más transacciones por bloque y aumenta el rendimiento total de la red.
En la práctica, BCH confirma transacciones más rápido que BTC, admite un mayor volumen de transacciones por segundo y mantiene comisiones relativamente bajas. Este diseño hace que BCH resulte más apto para pagos en tiempo real y microtransferencias. Sin embargo, el rendimiento de BCH sigue siendo inferior al de sistemas de pago centralizados como Visa, lo que pone de relieve los retos estructurales de escalabilidad de las blockchains públicas.
Con el tiempo, BTC y BCH han asumido roles diferenciados en el mercado. Con el respaldo de la comunidad y de inversores institucionales, Bitcoin se consolida como oro digital, valorado por su escasez y como reserva de valor a largo plazo, más que por su uso en transacciones frecuentes. En cambio, BCH sigue centrado en bajas comisiones y transferencias rápidas, buscando cumplir la función de pagos cotidianos y dinero en cadena. Esta divergencia ha generado claras diferencias en la percepción de mercado y los flujos de capital: BTC sigue siendo dominante, mientras que BCH, pese a sus ventajas de coste, no ha logrado desafiar el estatus principal de Bitcoin.
Actualmente, BCH se percibe sobre todo como un activo funcional en el mercado cripto, más que como una posición central en carteras. Algunos usuarios eligen BCH para pagos internacionales, remesas o pruebas de aplicaciones on-chain, aprovechando sus ventajas de bajo coste en situaciones concretas.
La brecha entre BCH y BTC se ha ampliado en capitalización de mercado, liquidez y escala del ecosistema. La mayoría de los inversores sigue prefiriendo Bitcoin, mientras que BCH actúa como activo complementario en nichos orientados a pagos.
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Bitcoin Cash (BCH) surgió como un fork en el debate sobre la escalabilidad, con su valor central enfocado en transacciones en cadena más rápidas y económicas. Al aumentar el tamaño de los bloques, BCH ha logrado mayor eficiencia y menores costes que Bitcoin, alineándose con la visión original del whitepaper de Bitcoin sobre el dinero electrónico entre pares. A medida que la narrativa de mercado gira hacia la reserva de valor y la adopción institucional, el enfoque de BCH en pagos ha perdido protagonismo. Sin embargo, para quienes priorizan la velocidad de transacción y las bajas comisiones, BCH sigue siendo una herramienta práctica y continúa ofreciendo una vía diferenciada para el desarrollo del ecosistema cripto.





