
Desde la perspectiva de la estructura de trading, la mayoría de los NFTs todavía se compran y venden en su forma completa, mientras que los NFTs fraccionados solo se utilizan en un pequeño número de activos de alto valor. Esto significa que el mecanismo de Sharding es más como un suplemento funcional para escenarios especiales en la etapa actual, en lugar de la forma básica de la industria del NFT.
Principalmente sirve no para transacciones diarias ordinarias, sino para tipos de activos de alto valor y baja frecuencia con umbrales de participación más altos.
Los NFT fraccionados no cambian la unicidad y no replicabilidad de los NFT, pero sí alteran tres dimensiones clave:
Primero, la propiedad pasa de estar en manos de una sola parte a ser compartida por múltiples partes.
En segundo lugar, la unidad de negociación ha cambiado de activos enteros a acciones divisibles.
En tercer lugar, el método de disposición de activos cambia de la toma de decisiones individual a un consenso colectivo.
Esto hace que los NFT fraccionados sean estructuralmente más cercanos a un "activo compartible" en lugar de ser solo un coleccionable único.
En aplicaciones del mundo real, los NFT fraccionarios enfrentan principalmente los siguientes tipos de riesgos.
Primero está el riesgo de liquidez. El sharding no significa necesariamente que haya profundidad de mercado; si hay participantes de mercado insuficientes, las acciones pueden seguir sin poder comerciarse durante mucho tiempo.
En segundo lugar, existe el riesgo de desviación en los precios. El precio de los tokens de sharding depende de la valoración de mercado del NFT original, mientras que el mecanismo de precios del propio NFT es inestable.
Nuevamente, existe un riesgo de gobernanza. Cuando múltiples partes poseen activos juntas, es fácil tener desacuerdos sobre cuestiones como la venta, la recompra y los dividendos.
Finalmente, existen riesgos legales y de cumplimiento. La propiedad, los derechos de autor y los derechos de uso de los NFTs aún no están completamente definidos bajo diferentes sistemas legales, y el Sharding puede complicar aún más los límites relevantes.
Los NFTs tradicionales enfatizan la propiedad singular y el control total, mientras que los NFTs fraccionarios ponen mayor énfasis en la participación en el activo y la asignación fraccionada.
Los NFT tradicionales están más cerca de los coleccionables o prueba de propiedad de activos digitales; mientras que los NFT fraccionados están más cerca de una "estructura de capital dividido".
Las demandas de uso de los dos servicios no son completamente consistentes, ni constituyen una relación de sustitución mutua.
El potencial de desarrollo a largo plazo de los NFTs fraccionados depende en gran medida de si las aplicaciones reales de los NFTs pueden seguir expandiéndose.
Si los NFT permanecen principalmente en el nivel de coleccionables y especulación, los casos de uso para Sharding también serán relativamente limitados.
Si los NFT se adentran gradualmente en áreas como los derechos de propiedad digital, los derechos de autor de contenido y la confirmación de activos virtuales, los NFT fraccionados pueden ganar una base de aplicación más amplia.
Desde la etapa actual, los NFTs fraccionarios no son una pista de alta demanda, sino un mecanismo de herramienta funcional generado en torno a la estructura de los activos NFT.
Su valor radica en bajar el umbral y optimizar la estructura, en lugar de crear nuevos sentimientos de mercado. Para los usuarios comunes, una posición más razonable es verlo como una herramienta de asignación de activos en lugar de una oportunidad de alto rendimiento.











