
La decisión de la Reserva Federal sobre los tipos de interés en diciembre de 2025 generó repercusiones relevantes en los mercados de criptomonedas. El banco central redujo los tipos en un cuarto de punto porcentual, situando el rango en 3,50%-3,75%, lo que señala una posible pausa en futuros ajustes y prevé solo un recorte adicional para 2026. Este giro en la política monetaria demuestra la relación compleja entre las decisiones financieras tradicionales y la valoración de los activos digitales.
| Métrica | Bitcoin | Ethereum |
|---|---|---|
| Máximo anual | $120 000 | $8 500 |
| Rendimiento en el tercer trimestre de 2025 | Estable cerca de $92k tras el anuncio de la Fed | Rally del 55% en el tercer trimestre de 2025 |
| Respuesta del mercado | Cayó momentáneamente por debajo de $86k tras el anuncio | Recuperó hasta un 15,7% de ganancias en lo que va de año |
El mercado de criptomonedas descontó una probabilidad del 86-87% para el recorte de 25 puntos básicos, lo que estabilizó Bitcoin en torno a los $92 000. No obstante, las tendencias bajistas generales persistieron pese al tono acomodaticio de la Fed. Aunque el mercado esperaba condiciones favorables por la relajación monetaria, la incertidumbre geopolítica y los factores macroeconómicos continuaron limitando el potencial de apreciación. El destacado rendimiento de Ethereum en el tercer trimestre, impulsado por la acumulación institucional y los mecanismos de staking, contrastó con la volatilidad registrada tras diciembre. La volatilidad media de 30 días en las principales criptomonedas bajó un 15%, reflejando la estabilización del mercado tras las directrices de la Fed sobre ajustes graduales para 2026.
Los datos de inflación de EE. UU. funcionan como un mecanismo fundamental que vincula el entorno macroeconómico con la dinámica de los mercados de criptomonedas. Las variaciones del IPC provocan picos de volatilidad inmediatos en los principales activos digitales, con Bitcoin, Ethereum, XRP y Solana registrando fuertes movimientos tras la publicación de los informes de IPC. Los datos de 2025 confirman este patrón, con los anuncios de IPC provocando oscilaciones de volatilidad que modifican la posición y la tolerancia al riesgo de los operadores.
La transmisión se produce por diversos canales. Cuando los datos del IPC sorprenden al mercado, las expectativas sobre la política de la Reserva Federal cambian y los inversores replantean su exposición entre riesgo y aversión al riesgo. La correlación de Bitcoin con el mercado de acciones llegó a 0,5 en 2025, lo que desafía el tradicional papel de refugio frente a la inflación, ya que el activo se mueve cada vez más en sintonía con el S&P 500 en vez de mantener independencia durante episodios inflacionarios.
Los índices de sentimiento económico intensifican este efecto. El aumento del IPC eleva la incertidumbre, hundiendo el sentimiento sobre las altcoins hasta niveles de 16 sobre 100, mientras que las tasas de financiación negativas reflejan cautela entre los operadores de derivados. La interacción entre expectativas de inflación, respuestas de política monetaria y cotizaciones de criptomonedas genera bucles complejos en los que el deterioro del sentimiento amplifica las reacciones iniciales de precios.
La adopción institucional a través de ETFs ha aportado cierta estabilidad, pero la transmisión fundamental de la volatilidad persiste. Los participantes en el mercado deben seguir de cerca los calendarios del IPC, ya que estos datos representan catalizadores programados y potentes de volatilidad para las criptomonedas.
La relación entre los mercados financieros tradicionales y la valoración de activos cripto es cada vez más relevante para la gestión de carteras. Las investigaciones muestran que la correlación de Bitcoin con el S&P 500 ha subido hasta 0,5 en 2025, marcando un cambio respecto a patrones anteriores en los que Bitcoin se comportaba de forma independiente frente a la renta variable.
Esta convergencia refleja que las condiciones macroeconómicas influyen ahora en el comportamiento de las criptomonedas a través de las señales de los mercados de acciones. Cuando el S&P 500 muestra volatilidad, los activos cripto responden con patrones de riesgo y aversión al riesgo. En fases de confianza, los flujos de capital se dirigen simultáneamente a acciones y criptomonedas, mientras que en escenarios de aversión al riesgo se producen retiradas sincronizadas en ambas clases de activos.
El oro conserva su tradicional condición de refugio, generando una dinámica diferenciada en la matriz de correlación. Los datos históricos evidencian que la cotización del oro y la valoración de criptomonedas presentan correlaciones mixtas con las acciones, proporcionando ventajas específicas para las carteras. Los modelos de análisis GARCH-DCC demuestran que monitorizar los movimientos del S&P 500 y la evolución del precio del oro permite anticipar la dirección del mercado cripto.
Las decisiones de la Reserva Federal afectan directamente a estas correlaciones a través de los ajustes de tipos de interés y las condiciones de liquidez. El repunte de la volatilidad de las criptomonedas en 2025, impulsado por los informes de empleo ADP y los datos de inflación PCE, ilustra cómo los indicadores macroeconómicos inciden primero en los mercados de acciones y, posteriormente, en las criptomonedas. Los gestores de carteras que consideran la dinámica del S&P 500 y el oro como indicadores adelantados pueden anticipar la valoración de los criptoactivos y ajustar posiciones antes de que el mercado cripto reaccione directamente.











