Anoche, el Bitcoin aún celebraba en los 93.660 dólares, pero hoy ha pegado un frenazo en seco: tanto los datos de empleo ADP de EE. UU. como el índice de inflación PPI han superado ampliamente las expectativas, y el mercado ha cambiado de humor al instante.
El mercado laboral sigue fuerte, los precios siguen altos, ¿la Fed bajará los tipos? Ni pensarlo.
En 24 horas, el Bitcoin ha caído más de un 2%, y no ha aguantado ni tras rozar los 93.500 dólares. Los datos on-chain son aún más duros: las ballenas han vendido 810.000 monedas en un solo día, el indicador de prima en cierta plataforma regulada se ha puesto directamente en negativo, y los minoristas han entrado en pánico y vendido en masa. Liquidaciones por valor de 300 millones de dólares, como si le hubieran puesto una banda sonora a la masacre.
Eso sí, las bolsas estadounidenses han subido con fuerza, porque una economía fuerte beneficia al mercado de acciones. Pero el mundo cripto lo tiene muy crudo: los activos de riesgo no tienen salida cuando se esfuman las expectativas de recorte de tipos.
Ahora, los 93.500 dólares son la línea de vida: si se mantienen, aún hay esperanza para el rally navideño; si no, camino directo a los 60.000 dólares para la prueba definitiva.
La montaña rusa acaba de empezar, y cada día de publicación de datos será una prueba de fuego.
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Anoche, el Bitcoin aún celebraba en los 93.660 dólares, pero hoy ha pegado un frenazo en seco: tanto los datos de empleo ADP de EE. UU. como el índice de inflación PPI han superado ampliamente las expectativas, y el mercado ha cambiado de humor al instante.
El mercado laboral sigue fuerte, los precios siguen altos, ¿la Fed bajará los tipos? Ni pensarlo.
En 24 horas, el Bitcoin ha caído más de un 2%, y no ha aguantado ni tras rozar los 93.500 dólares. Los datos on-chain son aún más duros: las ballenas han vendido 810.000 monedas en un solo día, el indicador de prima en cierta plataforma regulada se ha puesto directamente en negativo, y los minoristas han entrado en pánico y vendido en masa. Liquidaciones por valor de 300 millones de dólares, como si le hubieran puesto una banda sonora a la masacre.
Eso sí, las bolsas estadounidenses han subido con fuerza, porque una economía fuerte beneficia al mercado de acciones. Pero el mundo cripto lo tiene muy crudo: los activos de riesgo no tienen salida cuando se esfuman las expectativas de recorte de tipos.
Ahora, los 93.500 dólares son la línea de vida: si se mantienen, aún hay esperanza para el rally navideño; si no, camino directo a los 60.000 dólares para la prueba definitiva.
La montaña rusa acaba de empezar, y cada día de publicación de datos será una prueba de fuego.