La elección de Trump para administrador de la NASA, Jared Isaacman, está causando revuelo con su visión. El empresario multimillonario convertido en astronauta no solo habla de cohetes y rovers: está planteando las misiones lunares y la infraestructura espacial como prioridades fundamentales de seguridad nacional.
¿La postura de Isaacman? Volver a la Luna y establecer una presencia permanente allí no es una fantasía de ciencia ficción. Es una necesidad estratégica. Argumenta que quien controle el espacio cislunar controlará rutas orbitales críticas, redes de comunicación y puntos de acceso a recursos que podrían definir la geopolítica del siglo XXI.
Las implicaciones van más allá de banderas y huellas. Una base lunar sostenible podría servir como centro logístico para operaciones en el espacio profundo, campo de pruebas para sistemas de soporte vital y, potencialmente, puesto de minería de materiales raros. Para quienes siguen el desarrollo de infraestructuras más allá de la Tierra, esto representa un cambio radical en la manera en que se podrían valorar y asegurar los activos espaciales.
Que esta visión se materialice dependerá de disputas presupuestarias, obstáculos tecnológicos y cooperación—o competencia—internacional. Pero hay algo claro: la política espacial ya no trata solo de exploración. Se trata de posicionarse para obtener ventajas estratégicas en un dominio cada vez más disputado.
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NervousFingers
· hace10h
Joder, ahora también hay que posicionarse para la minería lunar, el espacio se ha convertido en el nuevo campo de batalla.
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CommunityJanitor
· 12-04 19:56
Jaja, esto sí que es una verdadera competencia espacial, no se trata de soñar con la exploración, sino de luchar por el posicionamiento estratégico.
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StableGeniusDegen
· 12-04 13:07
NGL, este tipo tiene razón sobre que el control del espacio cislunar sí tiene su importancia... pero la verdad, lo de invertir un dineral en una base lunar lo veo complicado, sería raro que el Congreso aprobara ese presupuesto.
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GasFeeTherapist
· 12-04 06:25
¿El espacio cislunar de verdad va a convertirse en el próximo campo de batalla geopolítico...? Por cierto, este tipo ha estado en el espacio, ¿verdad? Da la sensación de que entiende mucho mejor qué es la urgencia que los que se sientan en una oficina.
Si realmente se ponen en marcha las operaciones mineras en la Luna, el precio de los materiales raros se desplomará y habrá que reinventar toda la cadena de suministro de semiconductores.
Pero siendo sinceros, poner al frente de la NASA a alguien que puede vincular la infraestructura espacial con la seguridad nacional, al menos no suena tan descabellado... Lo preocupante es la aprobación de los presupuestos.
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Ser_Liquidated
· 12-04 06:21
El espacio cislunar se ha convertido en un nuevo campo de competencia geopolítica, es interesante.
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SchroedingersFrontrun
· 12-04 06:20
Jaja, esto sí que se ha convertido en geopolítica, ahora hasta quieren disputarse la Luna. El espacio cislunar es realmente clave.
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orphaned_block
· 12-04 06:05
En el espacio cislunar, todos los jugadores ya están compitiendo; quien ocupe su lugar primero, ganará. ¿Acaso no es esto una versión espacial de la geopolítica?
La elección de Trump para administrador de la NASA, Jared Isaacman, está causando revuelo con su visión. El empresario multimillonario convertido en astronauta no solo habla de cohetes y rovers: está planteando las misiones lunares y la infraestructura espacial como prioridades fundamentales de seguridad nacional.
¿La postura de Isaacman? Volver a la Luna y establecer una presencia permanente allí no es una fantasía de ciencia ficción. Es una necesidad estratégica. Argumenta que quien controle el espacio cislunar controlará rutas orbitales críticas, redes de comunicación y puntos de acceso a recursos que podrían definir la geopolítica del siglo XXI.
Las implicaciones van más allá de banderas y huellas. Una base lunar sostenible podría servir como centro logístico para operaciones en el espacio profundo, campo de pruebas para sistemas de soporte vital y, potencialmente, puesto de minería de materiales raros. Para quienes siguen el desarrollo de infraestructuras más allá de la Tierra, esto representa un cambio radical en la manera en que se podrían valorar y asegurar los activos espaciales.
Que esta visión se materialice dependerá de disputas presupuestarias, obstáculos tecnológicos y cooperación—o competencia—internacional. Pero hay algo claro: la política espacial ya no trata solo de exploración. Se trata de posicionarse para obtener ventajas estratégicas en un dominio cada vez más disputado.