Recientemente tengo la sensación de que los números en la billetera de los demás siempre tienen varios ceros más que los míos. Si hubiera sabido que el mercado iba a estar tan loco, debería haber comenzado a acumular monedas desde pequeño.

Hablemos de algo serio, hay un cambio bastante interesante en el círculo de criptomonedas: mientras las empresas de IA todavía compiten por quién tiene la GPU más rápida y el TPU más potente, en el ámbito de Web3 ya están jugando a otra cosa. Las tareas de cálculo se están trasladando poco a poco desde esos grandes centros de datos hacia los dispositivos de los usuarios comunes.

El camino de la potencia de cálculo descentralizada parece cada vez más amplio. La estrategia de los gigantes de la IA tradicionales de apilar servidores puede no funcionar tan bien en el mundo de las criptomonedas. Después de todo, lo que mejor sabe hacer este círculo es descomponer y reorganizar lo centralizado.