Los precios de los bonos están cayendo, y los culpables habituales son factores estructurales en lugar de la percepción del mercado. Múltiples catalizadores están convergiendo: el aumento de los rendimientos, el cambio en las políticas de los bancos centrales y las expectativas de inflación que se están recalibrando. ¿Reacciones emocionales? No están dirigiendo este barco. La mecánica importa más que el estado de ánimo.