Las acciones de la computación cuántica han subido absolutamente en 2025: IonQ un 90%, Rigetti un 1,860%, D-Wave un 1,530%. Pero aquí está lo que los inversores están ignorando: la verdadera amenaza no son las burbujas de valoración o el exceso de hype. Son los titanes tecnológicos.
Sí, Amazon y Microsoft están asociándose con estas empresas puras de computación cuántica. Pero ese es exactamente el problema. Cuando entregas tu hoja de ruta tecnológica a empresas con dinero ilimitado, presupuestos de capital de riesgo y potencia de I+D, esencialmente les estás entregando tu futuro.
Alphabet ya dejó caer Willow (13,000x más rápido que las supercomputadoras clásicas). Microsoft tiene a Majorana 1 escalando hacia 1 millón de qubits. No son proyectos secundarios, son amenazas existenciales.
La brecha entre las empresas emergentes de quantum y los gigantes tecnológicos de Magnificent Seven no se trata solo de capital. Se trata de infraestructura, adquisición de talento y la capacidad de absorber pérdidas durante años mientras se construyen fosos. Las acciones puramente cuánticas como IonQ, Rigetti, D-Wave y QUBT no tienen segmentos operativos y un consumo de efectivo constante.
En resumen: La colaboración hoy = la competencia mañana. ¿La ventaja del primer en moverse que estas empresas pensaban tener? Ya se está evaporando.
Las ganancias de acciones se ven atractivas en papel. ¿La historia de supervivencia? Esa es la verdadera apuesta en la que necesitas pensar.
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El asesino silencioso del que nadie habla: por qué las grandes tecnológicas están a punto de aplastar las acciones de cuánticas puras
Las acciones de la computación cuántica han subido absolutamente en 2025: IonQ un 90%, Rigetti un 1,860%, D-Wave un 1,530%. Pero aquí está lo que los inversores están ignorando: la verdadera amenaza no son las burbujas de valoración o el exceso de hype. Son los titanes tecnológicos.
Sí, Amazon y Microsoft están asociándose con estas empresas puras de computación cuántica. Pero ese es exactamente el problema. Cuando entregas tu hoja de ruta tecnológica a empresas con dinero ilimitado, presupuestos de capital de riesgo y potencia de I+D, esencialmente les estás entregando tu futuro.
Alphabet ya dejó caer Willow (13,000x más rápido que las supercomputadoras clásicas). Microsoft tiene a Majorana 1 escalando hacia 1 millón de qubits. No son proyectos secundarios, son amenazas existenciales.
La brecha entre las empresas emergentes de quantum y los gigantes tecnológicos de Magnificent Seven no se trata solo de capital. Se trata de infraestructura, adquisición de talento y la capacidad de absorber pérdidas durante años mientras se construyen fosos. Las acciones puramente cuánticas como IonQ, Rigetti, D-Wave y QUBT no tienen segmentos operativos y un consumo de efectivo constante.
En resumen: La colaboración hoy = la competencia mañana. ¿La ventaja del primer en moverse que estas empresas pensaban tener? Ya se está evaporando.
Las ganancias de acciones se ven atractivas en papel. ¿La historia de supervivencia? Esa es la verdadera apuesta en la que necesitas pensar.