¿Alguna vez has escuchado a alguien afirmar que cuando donas en la caja, las empresas se benefician de los impuestos gracias a tu generosidad? Ese mito necesita ser desmentido.

Una opinión viral sugirió recientemente que los minoristas usen las donaciones de los clientes como deducciones fiscales corporativas. Suena sospechoso, ¿verdad? Excepto que hay un problema: es completamente falso.

Esto es lo que realmente sucede: cuando redondeas tu compra o añades un dólar en la caja, ese dinero va directamente a la organización benéfica designada. La empresa actúa puramente como intermediaria: recogen y envían los fondos. Legalmente, no pueden reclamar tu donación como su propia deducción fiscal. Hacerlo constituiría un fraude financiero.

¿Por qué la confusión? Probablemente porque las corporaciones SÍ obtienen beneficios fiscales de sus PROPIAS contribuciones benéficas. Pero las donaciones de los clientes? Esas te pertenecen a TI en papel, incluso si no detallas deducciones.

Así que la próxima vez que alguien te advierta sobre los esquemas de caridad en el checkout, sabrás la verdad. El sistema tiene fallas, claro, pero la manipulación fiscal ilegal no es una de ellas.