Las últimas declaraciones del presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, han provocado una fuerte conmoción en los mercados. En solo 30 minutos, el mercado de criptomonedas perdió más de 1.2 mil millones de dólares, aproximadamente 340,000 inversores enfrentaron liquidación.

El detonante de esta ronda de caídas fue el colapso abrupto de las expectativas de reducción de tasas: la apuesta del mercado por una reducción de tasas, que originalmente era del 89%, cayó repentinamente al 22%, y la expectativa de un entorno de tasas de interés altas se convirtió en un nuevo consenso. Las señales de un endurecimiento de la liquidez hicieron que Bitcoin cayera más del 5% en un solo día, mientras que Ethereum sufrió una caída cercana al 9%. Aquellos traders que usaban apalancamiento de 10 a 100 veces fueron rápidamente liquidadas en la venta masiva por pánico, y así se formó la espiral de la muerte.

Las criptomonedas ya no son un activo refugio aislado. Cada cambio en la política financiera tradicional se traduce directamente en este mercado. Especialmente en períodos de sensibilidad política, el alto apalancamiento es como la espada de Damocles que cuelga sobre la cabeza, que puede resultar mortal en cualquier momento.

Sin embargo, el pánico a menudo viene acompañado de oportunidades. Después de la corrección de las criptomonedas principales, entran en un rango de valor relativo, lo que podría ser una ventana de oportunidad para los inversores que gestionan el riesgo adecuadamente. La clave está en: controlar el apalancamiento, seguir la tendencia y captar el ritmo macroeconómico. Elegir canales conformes y buscar certeza en la volatilidad es el camino para la supervivencia a largo plazo.