Si estás convencido de que los vehículos híbridos dominarán el período de transición antes de la electrificación total, hay una jugada de materias primas convincente que vale la pena considerar: el platino.

Mientras todos han estado obsesionados con el litio y el cobalto para los vehículos eléctricos, el platino ha sido brutalmente sobrevendido. Aquí está la cuestión: los híbridos aún necesitan convertidores catalíticos, y el platino es el metal estrella en esos. ¿Los vehículos eléctricos puros mataron la demanda de platino? No si los híbridos permanecen más tiempo del esperado.

Mira los números. Los fabricantes de automóviles están reduciendo silenciosamente los plazos agresivos para los vehículos eléctricos. La infraestructura no avanza al mismo ritmo. La ansiedad por la autonomía sigue siendo real. Los híbridos resuelven estos problemas de manera elegante, cerrando la brecha durante al menos otra década.

El trading del platino está cerca de mínimos de una década a pesar de las restricciones de suministro de las minas sudafricanas. La asimetría de riesgo-recompensa aquí es fascinante. Si la adopción híbrida se acelera incluso moderadamente, estaremos ante una grave crisis de suministro.

Claro, el paladio ha sido el rey de los convertidores catalíticos para motores de gasolina. Pero las dinámicas de sustitución favorecen al platino a medida que los fabricantes optimizan costos. La diferencia entre estos metales crea incentivos naturales para el cambio.

Básicamente, apostar en contra de los híbridos significa apostar en contra del pragmatismo. Y si los híbridos ganan su momento prolongado, el renacimiento del platino no es una cuestión de si—sino de cuándo.