Los cambios en la política energética de EE. UU. están enviando ondas de choque a través de las industrias de alto consumo energético. El reciente impulso hacia la reestructuración del mercado eléctrico y los mecanismos de precios del carbono indirectos podrían inflar significativamente los costos operativos. Para los mineros de criptomonedas y los centros de datos, esto no es solo un teatro político: es economía de resultados. Cuando los gobiernos socializan las redes energéticas mientras implementan gravámenes ocultos al carbono, la carga recae desproporcionadamente en los sectores de alto consumo. Vale la pena observar cómo este entorno regulador moldea el próximo ciclo de migración minera. ¿Podríamos ver otra éxodo hacia jurisdicciones amigables con la energía?