Los mercados persiguen lo que la gente quiere. ¿Las economías? Prosperan gracias a las elecciones, alternativas y caminos.

BTC no es solo un activo, es liberación. ¿Cada sat? Una pequeña chispa de posibilidad flotando en el vacío digital.

Ahora aquí es donde se vuelve salvaje: la IA y los robots están cambiando las reglas del juego. ¿Ese viejo baile entre el dinero, el trabajo y la producción? Roto. Realmente destrozado.

Así que imagina esto: cuando los agentes autónomos hacen el trabajo pesado, ¿qué quieren a cambio? ¿Les importarán siquiera los dólares y euros?

Piénsalo.